LA HABANA, 27 jun (IPS) – Las conversaciones entre el gobierno de Colombia y el izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN) pueden conducir a un acuerdo en julio que incluiría un cese de hostilidades temporal y la liberación de secuestrados por ese grupo insurgente.
En conferencia de prensa este miércoles, el comandante guerrillero Pablo Beltrán confirmó que el ELN se comprometería también a "no hacer retenciones de propósito económico", secuestros extorsivos, mientras dure la tregua (unos seis meses) y aclaró que su delegación puso ese punto sobre la mesa de diálogo desde el primer momento.
A la vez, desmintió que los secuestrados en poder del ELN fueran tantos como alegan las autoridades colombianas, los medios de comunicación o la Cruz Roja y situó la cantidad en sólo algunas decenas.
Beltrán representa al ELN en las conversaciones en La Habana con Luis Carlos Restrepo, alto comisionado para la Paz del gobierno del derechista Álvaro Uribe. Ésta es la sexta ronda del diálogo exploratorio que tiene por escenario la capital cubana desde diciembre de 2005.
La fase actual de pláticas comenzó unos dos meses atrás y, a diferencia de las tres o cuatro primeras, cuando eran frecuentes los contactos de las dos delegaciones con la prensa, ésta se mantiene rodeada de gran discreción.
El líder insurgente describió como "un gesto por la paz en Colombia" la disposición del ELN a un cese al fuego y de hostilidades que, según explicó, la delegación del gobierno no tuvo que arrebatar "en un forcejeo".
Al abundar en este punto, quizás uno de los más complejos de las conversaciones, Beltrán dijo que en las últimas semanas se discutió qué ofrecía el gobierno que tuviera un peso igual a lo propuesto por el ELN "Ése es el problema, esas discusiones a veces corren al ritmo del regateo", señaló.
"Ambos queremos que haya un cese al fuego que significa paralizar los dispositivos y operativos ofensivos entre las dos fuerzas" y también en "detener actividades que se definen como ataques a la población y a la infraestructura", agregó.
Sin embargo, Beltrán aclaró que ni el gobierno puede esperar ventajas del cese ni tampoco el ELN aspira a ello, es decir, ni el ejército tiene que retirarse a sus cuarteles ni las fuerzas guerrilleras concentrarse en sus campamentos.
"Hay voluntad de cumplir, cada parte se abstiene de atacar a la otra", recalcó y añadió que si hubiera problemas se identificarían como accidentes y no como violaciones o incumplimientos del cese.
Según Beltrán, pese a algunas coincidencias en ese y otros puntos que permitieron avances en estos dos meses, persisten grandes obstáculos para el entendimiento.
"Seguimos con dos hojas de ruta. Para nosotros, la solución política del conflicto colombiano pasa por profundas transformaciones estructurales de orden social, económico y político", mientras para el gobierno se trata de "que la guerrilla no exista… Estamos hablando en dos idiomas o frecuencias diferentes", dijo.
Aun dentro de ese entorno, se hacen esfuerzos de manera "pragmática" por llegar a un acuerdo inicial que busca un alivio humanitario, un cese del fuego y mayor espacio de participación de la sociedad. "Hemos avanzado, pero no estamos satisfechos", comentó.
El ELN es la segunda insurgencia del país sudamericano, después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Ambas aparecieron en 1964, pero tienen orígenes y orientaciones diferentes.
La primera es una guerrilla campesina con raíces en la guerra iniciada en 1946, mientras el ELN fue inspirado por la Revolución Cubana y los postulados de la Teología de la Liberación.
En la guerra civil actúan también milicias paramilitares de ultraderecha, parcialmente desmovilizadas tras un acuerdo secreto firmado con el gobierno de Uribe.
A una pregunta de IPS respecto de enfrentamientos entre columnas de las FARC y del ELN y su posible impacto sobre el eventual acuerdo de cese de hostilidades con el gobierno, Beltrán dijo que esas dificultades y diferencias se mantenían.
"Se está haciendo el esfuerzo para que esos problemas no tengan salida de fuerza entre las dos guerrillas. Lamentablemente, hay dirigentes que consideran que el diálogo entre revolucionarios no es tan urgente" y esa visión hace que "pervivan las condiciones para que nuevos conflictos aparezcan", indicó.
Beltrán añadió que si el ELN pacta la tregua, adoptará máximas medidas de seguridad y defensa, porque de cualquier lado puede haber un ataque, ya que históricamente en Colombia las violaciones a acuerdos de esta naturaleza se hicieron de manera encubierta, una fuerza se pone el brazalete de otra y ataca al que quiere, ejemplificó.
"Por supuesto, no esperamos un ataque de las FARC, pero sí esperamos que haya ataques simulando que son de las FARC. Para eso nos preparamos, para mantener una guardia más alta, con la voluntad de abstenernos de acciones ofensivas y un dispositivo de defensa más alto que el que tendríamos hoy", dijo el líder guerrillero.
Beltrán también aclaró que la mayor cantidad de presos políticos de Colombia son activistas que no hacen oposición armada, y el ELN exige que se los indulte, "porque se trata de que haya un alivio humanitario y de crear condiciones de participación en la sociedad".
Según la legislación colombiana, la amnistía sólo puede concederla el Congreso legislativo, mientras el indulto es facultad presidencial, "por eso la fórmula que se usa en este momento en Colombia es la del indulto", dijo.
Entre los encarcelados también hay guerrilleros, y si en un acuerdo hubiera indulto para ellos "no nos caería mal", concluyó.
Las delegaciones del ELN y del gobierno trabajan por estos días de forma separada, y Beltrán no comentó cuando reanudarían sus pláticas.
En Colombia, el presidente Uribe se mostró sorprendido por la noticia y dijo que de inmediato se comunicaría con el alto comisionado Restrepo. (FIN/2007)