El politólogo Rafael Toribio consideró muy negativo que ninguno de los presidentes dominicanos haya sido capaz de construir un verdadero diálogo político y social como medio para dar inicio a la construcción de un efectivo desarrollo democrático e institucional del país.
“Tenemos presidentes que ejercen a la vez la doble condición de jefes de estado y gobierno”, argumentó, “pero todo ese poder concentrado no les ha servido para institucionalizar al estado y a la sociedad, condición básica para el desarrollo de una democracia moderna”.
El académico sostuvo que si bien la sociedad civil puede postular la conveniencia de que se construya ese diálogo, o advertir sobre la desgracia de que no se realice, es a los actores políticos con poder a quienes corresponde esa responsabilidad.
Puso de ejemplo al presidente Leonel Fernández, quien actúa como si temiera reunirse con los dirigentes de los partidos políticos, lo cual es contradictorio con su condición de hombre moderno, de un pensamiento renovado.
Pero el Presidente actúa como si no advirtiera que los partidos de oposición tienen un rol importante en la sociedad democrática, que hay que negociar con ellos, porque esa es la democracia, sostuvo.
El ex rector del Instituto Tecnológico de Santo Domingo desarrolló ese y otros importantes argumentos al participar en el espacio de educación ciudadana “Milagros desde la Z”, que produce la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch por la radioemisora Z-101.
Abonando su criterio sobre el diálogo político, a Toribio le parece que la reforma constitucional promovida por el presidente Fernández fue un proceso invertido: se puso a trabajar a una comisión de juristas, se hizo una consulta de 78 preguntas que no debió sustituir al proceso de la Constituyente, y al final se convocó a los partidos para que opinaran al respecto, cuando a los actores políticos se les debió invitar a participar desde el principio.
“Lo que debió hacer quien como el presidente Fernández tiene el poder era convocar a la clase política y plantearles que entre todos tenemos la responsabilidad de modernizar este país.
“Él debió decirles: tuvimos tres grandes líderes que sustituyeron a las instituciones, ustedes como yo saben que eso no se puede sostener en una democracia moderna, tenemos que hacer que las instituciones sustituyan a las personas. Yo tengo el planteamiento de que debemos hacer una profunda reforma a la Constitución, porque su espíritu es autoritario, aquí están mis ideas, vamos a discutirlas y cuando nos pongamos de acuerdo, vamos a hacer un compromiso de que vamos a apoyar lo que salga de aquí”.
Pues, no, continuo ilustrando Toribio, el Presidente buscó el camino de decir a los partidos: aquí hay un texto, qué les parece, entonces los demás partidos no se sienten co-responsables de lo que se les presenta ya elaborado.
Dijo que parte de ese problema se origina en que los presidentes dominicanos se han administrado con una visión de gobierno y no de Estado, en la que el mandatario debe entender que al él le corresponde un período dentro de un largo proceso de cambios profundos, y no limitarse a programas de corto plazo pero que entienden les da rápida y alta rentabilidad política clientelar, pensando en las próximas elecciones de medio término o en los comicios presidenciales.
“Porque, y volvemos al aspecto anterior”, señaló, “se necesita un acuerdo básico entre las fuerzas políticas, para que haya una ruta claramente definida en el corto, mediano y largo plazos, y que a cada presidente le corresponda trabajar un tramo de esa ruta y que el sucesor continúe el trabajo”.
Fortalecer a los partidos
En otro aspecto dijo que los organismos internacionales que promueven la democratización y el desarrollo institucional en América Latina, han reconocido que para avanzar en la materialización de esos dos grandes objetivos hay que trabajar con y junto a los partidos políticos, y no limitarse a fortalecer a las instituciones de la sociedad civil.
En estos momentos, amplió, asistimos a una reorientación del enfoque centrado en fortalecer a las entidades de la sociedad civil, cambiándolo por la visión de que sin el concurso y la participación fundamental de los partidos políticos no puede repensarse y articularse a la sociedad democrática moderna en América Latina.
Al respecto informó que en la actualidad se desarrolla el Programa Permanente de Formación y Gerencia Política de Jóvenes Líderes de los Partidos Políticos, que cuenta con el auspicio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y es ejecutado por un consorcio formado por Participación Ciudadana, y los Centros de Investigación y Estudios Sociales (CIES) de UNIBE, y de Gobernabilidad y Gerencia Social (CEGES) del INTEC.
En dos años, se espera haber formado a más de mil líderes organizados políticamente, en temáticas como el sistema democrático, instituciones de la democracia, valores y prácticas democráticas, la modernización de los partidos políticos y gerencia política.