Madrid, 29 jun (PL) La renuncia de Rodrigo Rato al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) sorprendió incluso a amigos, y hoy la Caja de Pandora está destapada y desbordada de especulaciones sobre el futuro del Partido Popular (PP).
El cuento de que lo hace por asuntos familiares y que se retirará de la vida pública no es muy creíble en un político de las posibilidades del que fuera pieza clave en el Gobierno del ex presidente José María Aznar, quien le dio la espalda para beneficiar a Mariano Rajoy en las elecciones de 2004.
Las especulaciones sobre su renuncia se han convertido desde ayer en tormenta de cábalas y quinielas acerca del verdadero y escondido motivo de su sorprendente decisión, de la que sólo unos pocos, entre ellos el propio Rajoy, estaba enterado.
La idea que más se repite en los corrillos del Congreso español y el mundo político en general, es que Rato abandona el cargo en el momento oportuno -le quedaban aún dos años de mandato- para poder estar en la liza de las elecciones generales del año que viene.
De ese criterio se derivan otros agios que vinculan a Rato con la teoría de que Rajoy será derrotado nuevamente por José Luis Rodríguez Zapatero, y cuando eso suceda allí estará el ex vicepresidente para asumir la dirección del PP que el benjamín de Aznar dejará muy maltratada.
En las propias filas del PP, donde hay un entusiasmo inocultable por su regreso, cobra fuerza la idea de que el ex jefe del FMI rompe los anhelos de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, los jefes de Madrid, en su fratricida lucha por ser el número dos después de Rajoy.
Visto de manera más positiva, el retorno de Rato podría ser un intento de buena voluntad de apuntalar a Rajoy ante sus siempre dudosas posibilidades de lograr la presidencia del país en el 2008, según opiniones en sordina dentro del propio PP.
Pero Rato puede dejar colgados de la brocha no sólo a Aguirre y Gallardón, sino también a Rajoy, el cual esconde, bajo la sombra de una oportuna victoria electoral en Madrid, el estancamiento general del PP en su reconquista de La Moncloa.
Evidentemente, el liderazgo futuro de Marianbo Rajoy está hipotecado a los resultados comiciales de 2008, y en ese sentido el regreso del ex vicepresidente económico planea sobre su cabeza y las de Aguirre y Gallardón como un ave de mal agüero.
rgc/lma