GINEBRA, 30 jun (IPS) – Con escasísima representación, América Latina quedó relegada en el debate del Foro de Desarrollo 2007 que finalizó este sábado en esta ciudad suiza. Su profunda desigualdad, generadora de indigencia, permaneció camuflada entre los indicadores macroeconómicos positivos. La ausencia latinoamericana es recurrente en los foros internacionales, y no sólo en esta Conferencia de Organización no Gubernamentales en Relación Consultiva con las Naciones Unidas (CONGO), como cuestionó el activista mexicano Humberto Jaramillo, de la asociación Comunidad en Movimiento.
"Ni siquiera el caso de Haití es tomado en cuenta en las evaluaciones" y propuestas de los expositores y en los talleres, dijo a IPS el representante de esta organización no gubernamental que representa en México al Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés).
Haití es el país más pobre de América Latina. Ochenta por ciento de sus 8,5 millones de habitantes están sumidos en la pobreza. Cunden allí el analfabetismo y la desnutrición.
El país caribeño es beneficiario de varias misiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una de ellas de mantenimiento de la paz, y también de atención al hambre, la educación y la salud. También recibe asistencia financiera específica de los países ricos, si bien buena parte de ella está en suspenso.
Pero, según advirtieron con alarma distintos delegados, la sociedad civil haitiana estuvo ausente en el Foro en Ginebra, que elevará sus recomendaciones a la reunión de la próxima semana del Consejo Económico y Social (Ecosoc) de la ONU.
La participación latinoamericana se conformó con apenas una decena de activistas de igual cantidad de organizaciones de la sociedad civil, entre medio millar de delegados. En los tres días de reuniones, prevalecieron en número y propuestas las representaciones africana y asiática.
En las disertaciones centrales y en los debates "sólo se escuchó el idioma de Cervantes una sola vez", como dijo uno de ellos.
Con Jaramillo coincidió el director ejecutivo de ActionAid, Ramesh Singh, cuya organización de alcance mundial se ha constituido, como otras similares, en vocera de hecho de las urgencias latinoamericanas en este tipo de eventos, gracias a su experiencia de trabajo en las comunidades de esta región.
"Los países de América Latina deberían tener más peso en la agenda de foros como éste. A la vez, vemos que en términos socioeconómicos muchos de estos estados crecen en el concierto mundial, lo cual esconde la realidad de extrema pobreza que existe igualmente en gran parte de la sociedad", dijo Singh entrevistado con IPS.
Es el caso de Brasil, uno de los países con mayor cantidad de indigentes, en especial en la población negra, con grandes barrios hacinados en la periferia de las metrópolis, a pesar de que registra una tendencia de crecimiento económico constante desde hace casi un lustro.
"Esas mejoras en los indicadores generales oculta una cruda realidad", precisó.
"No podemos desatender en estos debates internacionales sobre superación de la pobreza la situación de los 53 millones de latinoamericanos, alrededor de 10 por ciento de los habitantes de la región, mueren de hambre al costado de las grandes plantaciones de alimentos y establecimientos de producción de carne para el mundo", apuntó.
Si bien son porcentajes menores que en África subsahariana, recordó, el problema para América Latina a la hora de cumplir con los Objetivos de las Naciones Unidas para el Desarrollo del Milenio sigue estando ahí, pero sepultado por esa otra realidad más acuciante en otra parte del planeta.
Singh destacó, incluso, el hecho de que tampoco pueden estar ausentes en estos encuentros los ejemplos de avances en materia de programas para cumplir con los Objetivos, como es el caso del Plan Hambre Cero y sus resultados positivos, así como su costado a corregir.
"En los últimos cuatro años se han encarado estrategias socioeconómicas en algunos países que nos hacen ser optimistas, como en Bolivia, Venezuela y Brasil, que han enfocado políticas específicas en beneficios de los sectores más marginados", comentó. Detalló las reformas respecto del régimen de tenencia de la tierra, la distribución y entrega en propiedad de predios a comunidades, así como la capacitación y créditos blandos para que el campesinado más sumergido tenga herramientas para salir de la indigencia.
"Nosotros observamos con detenimiento y optimismo estos procesos de mejora en América Latina, con carácter sustentable, de sectores muy sumergidos hasta ahora. Estamos, además, aprendiendo de estos procesos y contribuyendo con ese esfuerzo para que no decaiga", dijo el director de ActionAid.
Es ahí que ActionAid se comprometió a alentar cambios legales en América Latina para sacar de la pobreza a grandes contingentes de excluidos. Con ese objetivo trabaja con parlamentarios y directamente con los gobiernos, cuando existen los canales adecuados, pero especialmente en la arena internacional, en la ONU y más en particular en el Ecosoc.
Singh indicó que es en estos ámbitos supranacionales donde es posible presionar a los gobiernos para que actúen en favor del cumplimiento de las metas del milenio y apuntalar los procesos iniciados en ese sentido, como los observados en América del Sur.
A través de ONU se puede empujar a los países a implementar leyes para superar la pobreza extrema y la exclusión y verificar un verdadero cambio hacia 2015, puntualizó.
Además se actúa en el otro extremo de la cuerda, el más importante, que es trabajar directamente con la gente más pobre en sus propias comunidades.
ActionAid ha puesto la mira en el área rural de Brasil y de Guatemala, dando poder a esas comunidades para que sean los mismos campesinos los que encaren las salidas.
Se brindan herramientas, capacitación y posibilidades de acceso al riego y al crédito, para fortalecer su propio trabajo que le permita superar el hambre con programas sustentables.
Tampoco se descuida la presión sobre los organismos multilaterales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), en busca de un intercambio justo que viabilice el desarrollo agrícola y con ello la mejora de la vida para grandes contingentes de campesinos.
Entre los asuntos a atender cuando se mira la problemática del desarrollo en América Latina, y que a juicio de activistas no debieron faltar en este foro, figuran la necesidad de reformas fiscales que ataquen el mal mayor de la región como es la enorme brecha social, así como el avance de las plantaciones para producir combustibles alternativos en detrimento de los alimentos.
"Estamos muy preocupados por el hecho de que se siga alentando la producción de vegetales con destino a la fabricación de combustibles alternativos, de la mano de las grandes firmas transnacionales en su plan de sustitución del petróleo en extinción", advirtió Singh.
Empero, aclaró, "vemos con buenos ojos que haya posibilidades de crear nuevas fuentes de energía, pues pueden ser cambios finalmente positivos, aunque debemos estar atentos para evitar que se rompa ese frágil equilibrio entre ambas producciones agrícolas".
La cuestión tributaria, en tanto, es el fundamento de la desigualdad social en la región, causa central de la pobreza y que, sin embargo, no es tratado como meta específica en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, criticó Jaramillo.
A modo de ejemplo, el activista mexicano recordó que la compañía telefónica de su país propiedad de Carlos Slim pagó el año pasado en concepto de impuestos apenas 6,1 por ciento de sus ganancias.
Por eso es que Slim es uno de los hombres más ricos del mundo, mientras subsisten en su región de origen grandes bolsones de indigencia, según Jaramillo.
(FIN/2007)