Diálogo suspicaz

El fiscal del Distrito Nacional no tenía más que sacar el cuerpo a las obscenas negociaciones con el comerciante Quirino Ernesto Paulino Castillo. Era demasiado. Sin embargo, las conversaciones para excluir del expediente a familiares del procesado volvieron a colocar sobre el tapete interrogantes que han estado en el aire desde la confiscación, en diciembre de 2004, de las casi dos toneladas de cocaína atribuidas al también ex capitán del Ejército. Como se recordará, el entonces presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y hoy jefe de la Marina de Guerra, almirante Iván Peña Castillo, declaró que el cargamento iba para una empresa de una zona de franca de Santiago, que hoy todavía no se conocen. Pero también se dijo que una camioneta, también otro misterio, escoltaba el camión en que fue decomisada la cocaína.

Lo que no se ocultó fue el ascenso ni las relaciones del comerciante con la administración del ex presidente Hipólito Mejía. Antes al contrario, pues hasta al propio Mejía se le quiso interrogar sobre sus vínculos con ese Quirino con quien hoy, como si nada, negocia el Ministerio Público. Tampoco se ocultó que la matrícula del vehículo en que andaba el comerciante cuando fue detenido estaba a nombre del ex senador por Valverde, doctor Yayo Matías. ¿Y qué de las llamadas telefónicos que habría hecho Quirino? Otro misterio.

Pero después de su extradición las especulaciones tomaron otro giro. Se comenzó a hablar de que aparte de las 19 personas que serían juzgadas en Nueva York relacionadas con sus operaciones había funcionarios y políticos requeridos como informantes o testigos en el proceso que el Gobierno no está en disposición de autorizar. Y de unos bienes que no figuran en el expediente contra algunos de los extraditados.

Sin averiguar siquiera cómo era la cosa, un sector que al parecer tiene como papel hacer el juego, de inmediato arremetió contra los supuestos intentos de Quirino de comprar impunidad. ¡Cómo, en todo caso, si la defensa no estuviera permitida! El Fiscal, muy orondo, declaró que había desestimado la propuesta que dijo había formulado el prevenido de donar al Estado 100 millones de pesos a cambio de que dejaran en paz a sus familiares.

¿Pero qué declaró el licenciado Félix Damián Olivares, abogado de Quirino? Declaró que las negociaciones llevaban unos seis meses y que se habían iniciado a instancias del fiscal del Distrito Nacional. ¿A quién le creo? Porque es obvio que uno de los dos miente. Pero, mientras se determina, se puede deducir que se quiere evitar que el comerciante hable sobre las relaciones al más alto nivel que, por su posición, cultivó en República Dominicana. Y los aportes que se le atribuye haber hecho para causas políticas.

De no llegarse a un arreglo, el juicio en Nueva York contra Quirino y compartes puede ser cuestión de días. Y muchas interrogantes que todavía están el aire por aquí lo más probable es que se aclaren por allá. Se trata de interrogantes que no sabe por qué no han trascendido en la misma forma en que se han divulgado otras informaciones. El ex coronel Pepe Goico es juzgado por vínculos comerciales que tuvo con Quirino. ¿Acaso fue el único? El diálogo es suspicaz.

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