El gran reto para los periodistas de los viejos medios (periódicos en soporte de papel, televisión y radio) ha sido adaptarse al acelerado cambio tecnológico a que se han visto abocados, caracterizado por la velocidad con que evolucionan los hechos noticiosos.
En ese proceso han tenido que comprender que para captar lectores tienen que tener en cuenta sus intereses, gustos y hábitos de lectorías.
Las investigaciones demuestran que los jóvenes entre 18 y 24 años cada vez leen menos periódicos en soporte de papel y se enteran de las noticias a través de los medios digitales.
Internet, que como decíamos es la nueva plataforma de comunicación de masas, coloca una gran cantidad de herramientas de multimedia al servicio de la sociedad en general y las empresas periodísticas, provocando que la forma de hacer el trabajo periodístico cambie aceleradamente. Ya no es posible llegar a la redacción y antes de escribir la nota informativa, disponer de un momento para charlar con los compañeros y hasta tomarse una taza de café, consultar algunas fuentes para precisar los datos, buscar los antecedentes y contextualizarlos, de manera que se pueda ofrecer una versión acaba al lector.
La carrera por colocar en la página de Internet o de transmitir en vivo el acontecimiento desde el lugar del hecho, obliga al reportero a recurrir a las tecnologías inalámbricas para enviar el reporte desde su computadora personal, palm o teléfono celular, acompañado del texto, las fotografías y las versiones de audio y de video digital. El brackgraund, las consultas a especialistas del tema y otros elementos que complementarán la historia se harán en el transcurso de la evolución del acontecimiento. Será en el periódico de papel, que tiene que esperar un cierre y salir al día siguiente, donde se complementarán las noticias de mayor profundidad, con los detalles, explicaciones y enfoques con diversas perspectivas noticiosas.
El futuro del diario está en la profundidad con que se analice un acontecimiento, proporcionando al lector una visión complementaria de las causas y posibles consecuencias en su vida diaria. Porque lo demás, la actualidad tangible, el impacto noticioso inmediato, ya se lo han dado los medios audiovisuales y digitales: radio, televisión y los de formatos en línea.
En la carrera por la difusión de la noticia, los comunicadores se han visto obligados a adaptarse al uso de nuevos recursos tecnológicos en su trabajo diario. Uno de los procesos más difíciles por los que ha pasado el ejercicio periodístico no es aprender a usar las nuevas herramientas, sino estar dispuestos a un cambio de mentalidad para adaptarse a los nuevos formatos narrativos y expositivos, lo que implica comprender que la cobertura de un suceso se hará desde una diversidad de opciones, que combinan texto, audio e imágenes. Ya no se trata sólo de hacer un relato lineal, como sucedía en los medios tradicionales, sino que los nuevos medios tienden hacia la convergencia, con predominio del uso de recursos auditivos y visuales en la exposición de los hechos.
Como se ve, el futuro del periodismo pasa por el aprovechamiento de la multimedia, por la formación de un periodista multidimensional, capaz de dominar aplicaciones de texto, fotografías y video en formato digital.