Cientos de miles son las jóvenes y los jóvenes dominicanos que día a día, con grandes sacrificios personales y familia-res, acuden a las aulas de las distintas Universidades del país, con el deseo sincero de adquirir conocimientos para poder ser útiles a ellos, los suyos y su país.
Pero igualmente dia a dia cientos de miles de sus compatriotas descubren que ser LAMBON es la más lucrativa y mejor pagada profesión del presente, y parece que de muchos años porvenir porque esos señores tienen trabajo se seguro al lado de politicos, funcionarios, en los partidos, en las empresas, en los medios de comunicación, en fin en toda y cada una de las actividades que pueden tener cierta remuneración con la que muchos pobres dominicanos pudieran ganarse la vida y la de los suyos.
Antes una cara bonita, una buenas piernas, eran garantía de empleo aunque no se supiera nada, ahora ni eso, es tanta la descomposición que anda el "cundango" al pecho, y los analfabetas funcionales o no son los mejores, porque esos los aguantan todo, lo disimulan todo, engañan a todo el mundo, recitan y cantan cuando el "JEFE" está borracho en algún restaurant del país, conocen carajitas y corajitos, y toda una gama de servicios que van desde un tigre para dar unos golpes, hasta un Policia para meter miedo.
Aqui mataron al que le decian "JEFE", pero con su muerte y al paso del tiempo nacieron y proliferaron como la verdolaga tantos y tantos émulos del usurpador de San Cristóbal, y han sido algunos tan malos y tan saqueadores, que una gran parte del país añora al hombre que tiñó de sangre y oprobio a la nación dominicana.
El lambón generalmente no tiene que ver con la familia del dueño de la empresa, o del funcionario, o del candidto, es una especie de boy UTILity que se hace necesario para todas las cosas, y es experto en todas las malas artes.
El lambón es amigo o conocido por lo menos de boca de casi todo el mundo que "valga algo", le sirve a cualquiera, y sabe donde le gusta y donde le duele al jefe.
Pero lo doloroso del caso es que muchos hombres serios, políticos y funcionarios del gobierno han cambiado gente que le puede servir por esos lambones inescrupulosos, ladrones de dinero y reputaciones, enemigos del saber, y amigos de la mentira, preocupados por los vivos, hasta que dejan de serlo para irse a buscarle el lado al que va a ocupar el lugar del muerto.
El lambón es un trabajo mucho más serio y largo que el presente, pero hacerlo es una forma de uno sacarse la rabia ante la impotencia de no poder pagar la casa, de no tener medicina, de no tener nada, y ver a tanto sin-verguenza lleno de todo, y lo más doloroso que mucho de ese todo es parte de lo que le han robado al pueblo dominicano.