LA HABANA, 10 jul (IPS) – Minimizar el impacto del cambio climático en el caribe insular, una región especialmente vulnerable a fenómenos como el aumento del nivel del mar, requiere del fortalecimiento de respuestas regionales basadas en la cooperación y el intercambio.
Un ejemplo de acción conjunta es el acuerdo firmado este martes por Cuba, Haití y República Dominicana, que permitirá la creación del llamado Corredor Biológico del Caribe para el manejo y protección de sus ecosistemas.
La principal acción a emprender es la adaptación, pero el desafío para la ciencia está en saber a qué habrá que adaptarse. "Un país solo no puede enfrentar ese reto", advirtió Abel Centella, subdirector científico del Instituto de Meteorología de Cuba, en apoyo a los planes de cooperación en la materia.
El experto presentó como un ejemplo de esfuerzo común el "Proyecto Precis-Caribe", una iniciativa regional para compartir experiencias y recursos humanos, computacionales y financieros, así como resultados científicos e información útil.
Precis (Provinding Regional Climates for Impacts Studies), es un sistema de modelado climático regional desarrollado por el Hadley Center, de la Oficina de Meteorología de Gran Bretaña.
La página en Internet Precis-Caribe facilita el acceso en línea a los escenarios de cambio climático desarrollados por el Instituto de Meteorología cubano a partir de simulaciones del sistema británico. "Existen herramientas y nos hemos juntado varios países para compartir recursos y experiencias", dijo Centella.
Además de Cuba, en el proyecto participan Jamaica, Barbados, Belice y el Centro de Cambio Climático del Caribe (CCCC). "Juntos estamos tratando de captar a otros países", indicó el especialista, para quien la adaptación al cambio climático es una necesidad para asegurar la supervivencia.
Por ello, Centella y otros expertos participantes en un congreso internacional sobre ambiente y desarrollo, finalizado el 6 de este mes en La Habana, consideraron imprescindible prever cuánto subirán las temperaturas, a qué niveles podrían ascender las aguas de los océanos, qué pasará con los ciclones tropicales o cuánto disminuirán o aumentarán las precipitaciones a causa del recalentamiento global.
La comunidad científica de la región viene alertando desde hace tiempo que las temperaturas en la región del Caribe tenderán a aumentar al menos cinco grados hacia 2080, si los países industrializados continúan con la emisión de gases de efecto invernadero.
Expertos del CCCC han pronosticado también que en Cuba, Islas Caimán y América Central se experimentarán temporadas de fuertes contrastes: unas más secas y calurosas y otras, de fuertes lluvias.
Se estima que a mediados de este siglo se reducirán los recursos hídricos de muchas pequeñas islas del Caribe y del océano Pacífico, al extremo que serán insuficientes para satisfacer la demanda en la temporada de sequía.
Una de las consecuencias más temibles del cambio climático es la elevación del nivel del mar. "Para nuestros pequeños estados insulares ese es un problema muy serio", dijo a IPS Zoila González de Gutiérrez, secretaria de Estado (viceministra) de Medio Ambiente y Recursos Naturales de República Dominicana.
Respecto del convenio firmado este martes entre Santo Domingo, Puerto Príncipe y La Habana para crear el Corredor Biológico en el Caribe, González de Gutiérrez recordó que su país y Haití ocupan una sola isla, por lo cual "estamos manejando los mismos recursos naturales, montañas, ríos".
"Lo que pase a uno repercute en el otro", puntualizó la funcionaria. República Dominicana y Haití comparten la isla La Española o Quisqueya, que fue la primera colonia europea en América.
Ese convenio tripartito se propone ayudar a Haití a mejorar y preservar su entorno, al mismo tiempo que se lucha contra la pobreza en ese país, indicó Ricardo Sánchez, director para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Sánchez definió el Corredor Biológico como un espacio geográfico delimitado, vinculado a paisajes, ecosistemas y hábitat naturales o modificados, todo lo cual proporciona condiciones para el mantenimiento de la diversidad biológica, los procesos ecológicos esenciales y los servicios que generan.
Entre otras iniciativas, el acuerdo contribuirá a la rehabilitación de la cuenca del río Artibonito, en el departamento haitiano del mismo nombre, que produce electricidad para Puerto Príncipe.
El convenio rubricado este martes también permitirá poner en práctica programas educacionales para niños y jóvenes y la capacitación tecnológica en temas ambientales, a fin de mejorar las condiciones de vida de muchas comunidades de Haití, la nación más empobrecida de América Latina y el Caribe.
República Dominicana tiene un programa de adaptación al cambio climático que, según González de Gutiérrez ha permitido hasta ahora evaluar el manejo de recursos hídricos y la sequía en la zona fronteriza, incrementos de temperatura y la posibilidad de aumentos en el nivel del mar de hasta 20 centímetros en algunos casos.
"Con Cuba existe colaboración bilateral y en muchos casos nos apoyamos en científicos de ese país. Son de gran ayuda, para nuestros investigadores, que han aprendido a manejar los modelos y las predicciones", comentó.
Informes especializados alertan que el aumento de las temperaturas en el área caribeña provocará más sequías, incendios forestales y tormentas que, a su vez, causarán mayor daño a las playas y especies en peligro de extinción.
Asimismo, la región debe estar preparada para combatir determinadas enfermedades como el dengue y la malaria, en naciones donde no se han detectado hasta ahora. Otro factor de peligro es el incremento del ingreso de agua salada en las zonas de regadío.
Todo el sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha "concentrado esfuerzos en lograr un acuerdo para la mitigación y adaptación al cambio climático, especialmente en cuestiones prácticas como financiamiento y transferencia de tecnología", afirmó a periodistas Achim Steiner, director ejecutivo del Pnuma.
Steiner añadió que ese tema es una prioridad en la agenda del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien convocó a una cumbre mundial para el 24 de septiembre en la búsqueda de consenso para avanzar en la negociación de la convención sobre cambio climático.
Este funcionario asistió a la VI Convención Internacional sobre Medio ambiente y Desarrollo, que sesionó en La Habana durante cuatro días, con la participación de más de 750 profesionales de 23 países. (FIN/2007)
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