Tiene paz el que no transige las leyes morales de la sociedad y el que en su interior fomenta el alimento espiritual.
Tiene paz aquel que sigue los lineamientos divinos y no explota las minas encontradas en el camino.
Tiene paz quien camina recto, sin torceduras de ningún tipo, con los brazos extendidos al sol y la solapa de la camisa bien ajustada.
La paz es intangible, no se puede tocar ni se puede palpar. Sólo se siente profundamente en el alma. Aquel que no la tiene vive atormentado y sin luz en el camino.
La paz, también, es que no te molesten ni traspasen las fronteras del respeto en los senderos de la buena convivencia.
La paz es el arma más viable para mantener el equilibrio.