SANTO DOMINGO.-Los ministros de Ambiente de República Dominicana, Cuba y Haití entregaron a los presidentes Leonel Fernández y René Preval, la Declaración de Santo Domingo, que crea el primer Corredor Biológico del Caribe insular, y que contribuirá a reducir la pérdida de la diversidad biológica en la región del Caribe y el geotrópico americano. En este documento histórico entregado a los jefes de Estado, se establece la necesidad de contribuir al desarrollo humano y a los procesos ecológicos esenciales, los servicios ambientales y el desarrollo sostenible que proporciona la conectividad entre paisajes, ecosistemas, hábitats y culturas.
El secretario de Medio Ambiente, Max Puig, al hacer entrega del documento a los mandatarios, explicó que este paso demuestra la voluntad de las tres naciones por proteger las especies naturales. “A los fines de esta declaración, el Corredor Biológico del Caribe facilita la relación ser humano-naturaleza en un espacio geográfico determinado”.
La Declaración de Santo Domingo establece el compromiso para especificar en el más breve plazo, y en documentos técnicos separados las modalidades de cooperación para el desarrollo del proceso, el ámbito geográfico del corredor, así como el calendario de ejecución, compromisos específicos, plazos, costos, aportes y posibles fuentes de financiamiento.
Las bases de esa cooperación tripartita ofrecerán el soporte tecnológico necesario para el desarrollo de capacidades, la recuperación de áreas naturales y el establecimiento de una lucha contra la pobreza y por el aumento de la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una de esas iniciativas está relacionada con la rehabilitación de la cuenca del río Artibonito, en Haití, que produce electricidad para Puerto Príncipe.
La entrega del documento que entrelaza las tres naciones en el proyecto más ambicioso de la región en términos ecológicos, se realizó previo al almuerzo en el Palacio Nacional, ofrecido por el presidente Fernández al presidente haitiano René Preval.
Junto al secretario de Medio Ambiente, Max Puig, la entrega fue hecha por Ricardo Sánchez, director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA); Fernando González, ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, y por técnicos y ambientalistas de las tres naciones que estuvieron en el país participando en la mesa de intercambio de cooperación técnica.
Alianza ambiental estratégica
El proyecto, creado con el apoyo del PNUMA, es el resultado de una alianza ambiental estratégica matizada por la conservación de la naturaleza y el desarrollo humano que incluye entre otras, el acuerdo de ampliar conocimientos sobre la biodiversidad de Cuba y República Dominicana rubricado entre el Museo Nacional de Historia Natural de República Dominicana, y el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (BIOECO) de Santiago de Cuba.
Este protocolo materializado en el marco del Corredor Biológico del Caribe, facilitará intercambios de experiencias relativos a la curación de colecciones científicas, la educación ambiental y exhibiciones museográficas.
La selección del espacio geográfico y espacial del corredor se realizó en base a los criterios exigidos por el Convenio de Diversidad Biológica que establece la consideración de diferentes aspectos: los vacíos de conocimientos; el estado de fragmentación de las áreas; las posibles acciones de mitigación y la viabilidad de las poblaciones.
Otros criterios valorativos de importancia fueron las presiones sobre las áreas, existencia de infraestructuras, existencia de áreas protegidas, situación socioeconómica, sinergia con otras acciones y representatividad, que incluye los ecosistemas, valores de diversidad biológica, hábitats y cultura.
El equipo técnico de preparación de la Declaración de Santo Domingo sesionó del 8 al 10 de julio en la ciudad del mismo nombre, e inició la sesión ministerial con la introducción sobre el Corredor Biológico, sus antecedentes y objetivos, a cargo de Omar Ramírez, director de la Oficina de Planificación Sectorial de la Secretaría de Medio Ambiente.
Se presentaron además los criterios de selección de áreas del corredor biológico, realizada por Nicasio Viñas, de Cuba, y los lineamientos de acción por parte del técnico Paul Judeex Edouarzin, de Haití.
Concluida la fase embrionaria, se procedió a una reflexión sobre lo que es un corredor biológico, basada en la experiencia de otros corredores como el Mesoamericano, para posteriormente pasar a la discusión ministerial en la que cada ministro presentó sus observaciones, dictándose y firmándose posteriormente la Declaración de Santo Domingo, expresa mediante la voluntad política de los gobernantes de las naciones involucradas y sus ministros de ambiente y dimensionada a partir de los criterios técnicos de los equipos de trabajo.
Para reducir la pobreza
Un corredor biológico es un espacio geográfico delimitado que facilita la relación entre el ser humano y la naturaleza y proporciona conectividad entre paisajes, ecosistemas, hábitats y cultura, contribuyendo al mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales y evolutivos, los servicios ambientales y el desarrollo económico y social de las comunidades envueltas.
El espacio de vida que representa el corredor biológico guarda relación con los mecanismos de reducción de pobreza, la mejoría de la calidad de vida, de la educación, y con zonas de alto impacto humano.
Con aproximadamente unos 1,600 kilómetros lineales, el Corredor Biológico del Caribe incluirá para República Dominicana, la Reserva de Biosfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo y la cordillera Central, fundamentalmente todo el macizo central hasta la parte limítrofe con Haití. En lo futuro, es posible que, luego de los análisis ecorregionales, se incluyan regiones como la de Montecristi y la zona costero marina adyacente.
En la parte haitiana, el Corredor Biológico del Caribe incluirá las zonas del Masif de la Selle, el lago Azuei, Fore et Pins, La Visite y el Macizo Norte Central.
Asimismo, Cuba aporta una vasta área del Grupo Orográfico que comprende la Sierra Maestra, Baracoa, Nipe y Saguá..
El corredor facilita la relación humana en un espacio determinado proporcionando conectividad entre los países, dirigiendo acciones de conservación en estos ejes principales, conservando los niveles de biodiversidad más importante del Caribe insular y elevando los niveles poblacional y genético de conservación.
Las áreas protegidas incluidas en este corredor son en total 61, de las cuales Cuba aporta 46, que es el mayor número; Haití aporta 4 y República Dominicana 11, incluyendo grandes grupos poblacionales de las tres naciones.
Las zonas marinas de más alta vulnerabilidad son Punta Nicolás, en Haití, la zona de Montecristi, incluyendo los cayos y la zona de Jaragua, Beata y Bahía de la Águilas, cubriendo unos 900 kilómetros cuadrados de área marina.
Los Ministros de Ambiente de República Dominicana y Haití aprovecharon su convergencia en el país para realizar una serie de actividades que incluyó, además, una ofrenda floral a Máximo Gómez, prócer de la Revolución Cubana, en el busto colocado en el lugar donde estuvo su casa natal, en Baní, provincia Peravia.