LA HABANA, 17 jul (IPS) – El problema migratorio, único por el que se han sentado a conversar Cuba y Estados Unidos en las últimas cuatro décadas, podría quedar nuevamente atrapado en la madeja de conflictos político-ideológicos que envuelve a ambos países.
Acuerdos en esa materia logrados en 1994 y 1995, tras un arduo proceso de negociación, permitieron una emigración más ordenada y segura a miles de ciudadanos cubanos que ven en la nación norteamericana la mejor opción para superar su situación económica.
Delegaciones de ambos países estuvieron revisando periódicamente el cumplimiento de esos convenios hasta enero de 2004 cuando, "por decisión unilateral" del gobierno de George W. Bush, se suspendió "por tiempo indefinido" esa práctica, recordó este martes una declaración de la cancillería cubana.
El comunicado expresa particular preocupación porque Washington ha concedido sólo 10.724 de los 20.000 visados para emigrantes cubanos comprometidos anualmente en los convenios, cuando restan apenas tres meses del año fiscal corriente entre el 1 de octubre de 2006 y fines de septiembre.
Esa cifra representa solamente 53,6 por ciento de la cuota mínima y, si la tendencia se mantiene, "el gobierno de los Estados Unidos violaría una obligación fundamental que garantiza el adecuado cumplimiento del Acuerdo Migratorio de 1994", advierte el comunicado oficial cubano.
La Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) replicó este martes que le sería "imposible emitir los 20.000 documentos de viaje a ciudadanos cubanos en este año fiscal" y atribuyó esa imposibilidad a las "restricciones irracionales" que le ha impuesto el gobierno cubano.
"Esas restricciones incluyen la negativa a otorgar visados a personal de la SINA esencial para su trabajo en Cuba, la prohibición de importar materiales y repuestos para mejorar la infraestructura necesaria para otorgar las visas y la no autorización para contratar personal local con el que llenar 47 vacantes", agregó el texto, distribuido en inglés.
Tras reiterar el compromiso de Washington con una emigración segura, legal y ordenada, el comunicado asevera que "el gobierno de Cuba no autorizó el personal y los materiales que la SINA necesita para funcionar de modo efectivo", acciones que "arrojan dudas sobre su compromiso con los acuerdos migratorios".
A juicio de La Habana, el incumplimiento de Washington daría "un aliento adicional a la emigración ilegal, que históricamente ha sido estimulada por la existencia de la Ley de Ajuste Cubano y la política de 'pies secos-pies mojados', engendros que ofrecen privilegios exclusivos únicamente a emigrantes ilegales procedentes de Cuba".
Según analistas consultados por IPS, esa ley estadounidense de ajuste vigente desde 1965 y la política de dar acogida a todo cubano que pise (pies secos) territorio estadounidense, sin importar los métodos empleados para llegar, contradice "totalmente" el objetivo fundamental de promover la emigración legal, segura y ordenada presente en los acuerdos.
Para la cancillería, se trata de una actitud irresponsable del gobierno de Bush, que estimula "la indisciplina social, el delito, las salidas ilegales y ofrece un tratamiento preferencial a los emigrados cubanos" y constituye "una causa permanente de muertes injustificadas e innecesarias".
El Ministerio de Relaciones Exteriores se preguntó por qué el gobierno estadounidense "desea que empeore la situación migratoria entre ambos países" y si eso tiene que ver con recientes declaraciones de Bush sobre Cuba y el convaleciente líder cubano Fidel Castro.
Según la nota, Bush, "además de desear la muerte del Comandante en Jefe, expresó su preferencia por forzar los 'cambios' que desea imponer a Cuba, aun cuando ello diera lugar a una situación de inestabilidad que con toda seguridad también afectaría a los Estados Unidos".
Atrapados en el deseo de salir del país de cualquier modo, dos jóvenes que hacían el servicio militar intentaron en mayo secuestrar un avión en La Habana. Los dos reclutas fueron detenidos y ahora deben responder ante la justicia por el presunto asesinato de dos personas y otros delitos no menos graves.
"Sobre las máximas autoridades de los Estados Unidos recae la responsabilidad por estos nuevos crímenes, que se suman a la larga lista de actos de terrorismo de que Cuba ha sido víctima durante casi medio siglo", dijeron autoridades de este país isleño al informar sobre esos hechos.
En 2003, un grupo de hombres y mujeres secuestraron una embarcación con todo su pasaje a bordo, también con intenciones de viajar hacia Estados Unidos. La operación fue abortada y a tres de los secuestradores se les aplicó la pena de muerte tras un juicio sumarísimo.
En esa ocasión, La Habana argumentó que hubo que aplicar "sin vacilación alguna" tales sentencias para cortar de manera radical una ola de secuestros de medios de transporte para ser desviados a Estados Unidos, poniendo en juego la seguridad del país.
Según datos de medios de comunicación estadounidenses, la cantidad de emigrantes cubanos que intentan llegar clandestinamente al sureño estado de Florida o a Puerto Rico ha aumentado y superó los 7.000 en 2006, un auge que se atribuye no tanto a la situación interna de Cuba, sino a lo lucrativo del tráfico ilegal migratorio.
Esas fuentes estimaron que una lancha rápida cuesta unos 150.000 dólares, inversión que los traficantes recuperan fácilmente, pues con una embarcación llena de emigrantes pueden recaudar 300.000 dólares o más.
Según informes oficiales estadounidenses de fines de 2006, la SINA entregó desde el 31 de septiembre de 2005 al 1 de octubre de 2006 un total de 21.823 visas de emigración a ciudadanos cubanos, más de 1.000 por encima del mínimo acordado.
Además, entregó 7.823 visados para visitas temporales. En el mismo periodo, 2.810 emigrantes fueron interceptados en alta mar por guardacostas estadounidenses y repatriados hacia Cuba, y otros 3.075 lograron pisar suelo estadounidense y acogerse a las leyes que los protegen.
Pero, al mismo tiempo, durante 2006 se registró una continuada negativa de visas a especialistas cubanos que, sumada a las restricciones para los viajes de estadounidenses hacia Cuba, redujo al mínimo el intercambio académico entre los dos países.
El caso más sonado fue la ausencia en masa de delegados cubanos al Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, celebrado en marzo de 2006 en Puerto Rico. Para sortear nuevas dificultades, esa organización decidió celebrar su próxima cita en Canadá.
"El intercambio académico sigue prácticamente congelado", confirmó a IPS Milagros Martínez, de la vicerrectoría de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Habana. (FIN/2007)