Miami. Fl. El enfoque entre seguridad ciudadana y democracia se ha convertido en un debate que va desde la limitación de las libertades civiles, los derechos ciudadanos y hasta los derechos humanos; son estos la camisa de fuerza que tiene a los gobiernos capitalistas entre las medidas de seguridad y el respeto a los derechos ciudadanos, de ahí la necesidad de los mecanismos de represión e inteligencia (CIA, FBI, SS,G2, etc.).
Para las democracias al estilo norteamericano, limitar la libertad de expresión, la libertad de transito y la libertad de reunión, constituye una aberración ante lo postulado por sus constituciones y los principios cardinales del sistema capitalista. Ahora bien, cuando los “agresores” de las democracias occidentales aprovechan esas libertades para agredir a dicho sistema, sin dudas que se recurre a medidas coercitivas que afectan a los ciudadanos que se ven en la disyuntiva de apoyar a sus gobernantes en las limitaciones a sus propias libertades.
Los gobiernos en muchos casos se extralimitan en sus prerrogativas constitucionales, incluso recurren a métodos clasificados como Secretos de Estado en los cuales se violan hasta la vida de gentes, se subvierten eventos sociales con el fin de producir efectos positivos para “la lucha contra el enemigo” (comunistas, terroristas, etc.); los documentos desclasificados por la CIA en los Estados Unidos, no solo demuestran la ingerencia en las políticas de los países de la región, sino la intervención directa en acciones de guerrera.
En los países nuestros, en la América latina, esos hechos salen a luz publica por medio de testigos y/o cómplices directos que se consideran fuera del alcance de las leyes y deciden hablar o escribir sobre los hechos; pero los crímenes “de Estado” generalmente son venganzas y/o rabietas de funcionarios y de los jefes militares y policiales de turno, no acostumbrados a ser contradecidos y mucho menos descubrirles la verdad de sus incompetencias, robos y/o abusos para con la población.
Generalmente los periodistas son blanco predilecto de estos trogloditas; pero también los son políticos de tendencia de izquierda, dirigentes sindicales, dirigentes populares, en fin son los principales enemigos de la “democracia” y su intolerancia produce, a la larga, cambios hacia regímenes ubicados a la izquierda de la democracia de derecha; esto así porque para nadie es un secreto que los cambios de regímenes estructuralmente hablando, se producen con cambios de las relaciones económicas y el dominio de clases.
Pero como hablamos de la Seguridad Versus Democracia, es indudable que los países con relaciones económicas socialistas (caso China Popular, Corea del Norte) tienen mejores condiciones para mantener la seguridad de sus regímenes dado que la centralización de sus mandos y lo cerrado de sus países hace mas fácil identificar a los enemigos de los regímenes de sus países a lo interno y los que tratan de penetrarlos. En los países capitalistas de corte occidental la vulnerabilidad de sus fronteras es producto de las libertades que acuerdan sus leyes y estructuras de mando; pero los mecanismos de protección limitan las libertades afectando la circulación, la privacidad y los derechos de reunión e información; las leyes de excepción permiten la violación de derechos elementales que ponen en primer plano la seguridad nacional por delante de los derechos ciudadanos y podríamos pensar que eso es necesario para “salvarnos” de los agresores; pero muchos terminan siendo víctimas de sus protectores.
En los Estados Unidos ha cambiado radicalmente el respeto a la privacidad, ya las autoridades tienen libertad de movimiento en cuanto a intervención de teléfonos, computadoras, correspondencia, etc. Con solo presentar una sospecha ante el juez, que no duda en permitir toda clase de intervención en la vida de un ciudadano y hasta vejámenes. La muerte de un hombre dentro de un avión de Américan Airlines en Miami, cuando este perdió el tino por la falta de unos medicamentos y mostró una conducta anormal; nos dice el nerviosismo que manejan las autoridades frente a posibles actos terroristas.