El movimiento Santo Domingo Somos Todos afirmó que el Ayuntamiento del Distrito Nacional está tratando de introducir en Santo Domingo un modelo de arbolado urbano que está siendo descartado en otras ciudades del mundo por razones económicas y ambientales. El grupo cívico se refirió a un reciente informe procedente de los Estados Unidos que explica la decisión de los gobiernos locales de Miami y Los Angeles de sustituir palmeras por árboles más frondosos y con mayor capacidad para neutralizar las altas temperaturas y eliminar el monóxido de carbono.
Citando un reportaje publicado por la periodista Virginia Rodríguez en la edición dominical del periódico Listín Diario, el movimiento indica que “en el caso de Los Angeles se ideó un plan para sembrar un millón de árboles que sustituyeran, poco a poco, las numerosas palmas que en otras épocas fueron tan populares en aquella ciudad”.
Destaca que en Miami, donde las palmas son un símbolo de identidad, se decidió hace más de un año extraer decenas de árboles de esa especie para reemplazarlos por robles en Bizcayne Boulevard.
Al felicitar el trabajo de la periodista Rodríguez, Santo Domingo Somos Todos dijo que las razones esgrimidas en Los Angeles y Miami, son muy parecidas a los argumentos que expuso esa entidad para oponerse al programa de arborización impuesto de manera arbitraria por el síndico Roberto Salcedo.
“Sin embargo, en el caso de Santo Domingo llamamos particularmente la atención sobre el riesgo de un aumento de la temperatura y de hacer una ciudad inhóspita para quienes utilizan los espacios públicos para socializar y ganarse la vida mediante el trabajo ambulante” .
Recordó que grupos de jóvenes vinculados a Movimiento recurrieron al simbolismo extremo de atarse a los árboles de varias avenidas bajo el lema “Amarrados por la Vida”, para llamar la atención sobre el crimen ecológico que representaba la tumba de árboles frondosos para sustituirlos por matas de palma y de cana que no aportan ninguna sombra.
Advirtió la entidad que muchas de las palmas adultas transplantadas en Santo Domingo muestran resistencia al nuevo hábitat, por lo han comenzado a secarse y a perder pencas que además de afear el entorno, constituyen un riesgo para la circulación peatonal y vehicular.
Recordó que los ambientalistas Ramón Narpier y Renato Rimolli, miembros del Movimiento, también llamaron la atención sobre el daño que representaba la extracción y traslado de miles de palmas del campo dominicano, para la supervivencia de la Cigua Palmera, Ave Nacional de la República Dominicana.
La declaración está suscrita por Amparo Chantada, H. Galván, Juany Uribe, Juan Dionisio Rodríguez Restituyo, Ramón Narpier y Luis José Chávez, del equipo de coordinación de Santo Domingo Somos Todos.