BAGDAD, 27 jul (IPS) – Una victoria de la selección de fútbol de Iraq logró unir a los ciudadanos de este país, mientras los políticos sólo parecen capaces de dividirlo. El equipo iraquí derrotó 4-3 a Corea del Sur el miércoles en Kuala Lumpur y se clasificó para jugar la final de la Copa de Asia, en la que se enfrentará este domingo con Arabia Saudita en Yakarta, lo que desató una ola de festejos en la capital y casi todo el país.
Decenas de miles de iraquíes, rebosantes de felicidad, inundaron las calles de Bagdad flameando banderas y disparando al aire para celebrar. Ni siquiera dos atentados con coches-bomba, en que murieron más de 50 personas, lograron disminuir el entusiasmo.
La selección de fútbol es uno de los pocos símbolos de unidad nacional que han sobrevivido a la guerra, ya que incluye a miembros de todas las corrientes religiosas y comunidades étnicas, una rareza en un país que sufre profundas divisiones y la ocupación militar.
Por un instante, pareció que la gente había olvidado súbitamente estas diferencias.
"Esto es un golpe a la mandíbula de cualquiera que diga que estamos divididos", le dijo entusiasmado a IPS Mahmood Farhan, de la Liga de Periodistas Iraquíes. "Sólo hay que ver cómo dejamos de lado la sucia política de la ocupación y, unidos de la mano, nos amamos el uno al otro."
Las fuerzas de seguridad fueron tomadas por sorpresa por la espontánea explosión de alegría. Por un breve momento, la capital tuvo el aspecto de la antigua Bagdad, colmada de gente y ruidosa.
"Nuestros corazones laten al unísono y que los ocupantes se vayan al demonio", gritó un joven que pedaleaba una bicicleta por las calles de Sadr, un barrio de la capital. Muchas personas se reunieron en torno al corresponsal de IPS al imaginar que sus festejos estaban siendo difundidos para el exterior.
Un hombre, quien se identificó sólo como Hussein, residente de Basora y pero de visita en Bagdad, le dijo a IPS en medio de las celebraciones: "Esto es un solo Iraq. No hay chiitas, ni sunitas, ni kurdos. Terminemos con las divisiones, terminemos con las actitudes sectarias".
Los iraquíes también colmaron las calles de Basora y otras ciudades del sur del país. En todo el territorio la gente coreó la canción "Victoria para Bagdad", compuesta por un grupo musical árabe no iraquí diez años antes de la invasión liderada por Estados Unidos en marzo de 2003.
En la región autónoma de Kurdistán, en el norte, personas que salieron a la calle en su condición de iraquíes, y ya no sólo kurdos, hicieron flamear banderas en una inusual demostración de unidad nacional.
Los kurdos consideran habitualmente que la bandera de Iraq es un símbolo árabe y prefieren utilizar su propia enseña.
Los iraquiés que viven fuera del país también celebraron la victoria.
"Recibí docenas de llamados de personas que querían expresarme sus sentimientos de felicidad y unidad", le dijo a IPS un hombre de negocios iraquí que vive en Amman, Makki al-Nazzal.
"Árabes de Jordania y los países del Golfo Pérsico (o Arábigo) que residen aquí celebraron el triunfo como propio", agregó en una entrevista telefónica.
"Parece que el fútbol logró la unidad de los iraquíes y los árabes que la política se ha encargado de destruir", señaló Nazzal. "Dos horas de fútbol fueron más provechosas que cuatro años de política. Pero no me pregunte si esta unidad va a perdurar."
Durante los festejos, los dos coches-bomba detonaron en medio de la multitud. Las explosiones se produjeron en diferentes zonas de Bagdad con un intervalo de media hora entre ellas. Las muertes no detuvieron las celebraciones en el resto de la ciudad.
"Este es un partido que ganó Iraq y espero que" el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, "ahora diga 'miren, yo los hice ganar' este partido", comentó a IPS un miembro de la Federación Olímpica iraquí, quien pidió mantener su nombre en reserva.
Bush "ya lo hizo una vez y nosotros lo odiamos todavía más por eso, porque fueron nuestros muchachos los que ganaron, a pesar del miserable apoyo que recibimos de los estadounidenses y de nuestro gobierno", agregó.
El comentario hizo referencia a una declaración de Bush en agosto de 2004, cuando señaló que el buen desempeño de la selección de fútbol iraquí en los juegos olímpicos de ese año en Atenas era una prueba de que la ocupación militar estaba beneficiando al país.
En ese momento, la estrella del equipo iraquí, Salih Sadir, declaró a los periodistas que "no queremos que Bush nos utilice en la campaña electoral. No queremos a los estadounidenses en nuestra nación, queremos que se vayan".
El director técnico de la selección de Iraq en los juegos olímpicos de 2004, Adnan Hamad Majeed, afirmó entonces: "Lo que yo cuestiono es lo que Estados Unidos ha hecho en nuestro país: destruir todo. Su ejército ha matado a mucha gente en Iraq". (FIN/2007)