Las personas que padecen de fatiga crónica reducen su actividad laboral hasta en un 50% y sus manifestaciones pueden persistir hasta por seis meses. Para definirse como tal, la fatiga crónica no debe aparecer junto a otro tipo de enfermedades o problemas psiquiátrico, pues en este caso puede tener un síntoma asociado a otras patologías.
Pese a que las consultas médicas se ven abarrotadas a diario por personas que se quejan de "flojera", "cansancio" o "desgano para trabajar", a sólo un 5% se les diagnostica fatiga crónica. La mayoría son mujeres de nivel social y cultural alto, con edades que rondan entre los 40 y 50 años.
La fatiga crónica puede parecerse mucho al proceso de una gripe, con su cansancio típico y su dolor en los huesos, pero con la diferencia de que estos síntomas son permanentes.