SANTO DOMINGO.-El Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, afirmó hoy que bajo el nombre del empleo informal el gobierno pretende ocultar la carencia de más empleo, y que además sean de calidad y seguros. Indica, el Centro Montalvo, que aunque el empleo informar en la República Dominicana sobrepase el 30 por ciento de la población, estos son precarios y de baja calificación.
“Dentro del empleo informal se agrupan sectores como las medianas y micro empresas, pero también dentro del mismo podemos señalar una gran masa humana que labora por cuenta propia, (cuentapropistas), en ocupaciones que en miles de casos por las condiciones de precariedad llega a calificarse como subempleos o (empleos precarios) de baja calificación y estos sobrepasan el 30 % de acuerdo al propio informe del BC). La calidad de éste está altamente cuestionada, pues estamos hablando de un sector que carece de todo tipo de protección social y se encuentra en una situación de vulnerabilidad y fragilidad, pues depende altamente de coyunturas. En este sentido debemos preguntarnos: ¿ Es este el tipo de empleo al que aspiramos como sociedad para los ciudadanos/as?”.
Expresa la organización que los aspectos que provocan el aumento del empleo informar son múltiples y que estas tienen que ver con:
1- Los cambios de prioridades a nivel de la inversión pública han tenido que ver en gran medida con el fenómeno. Por ejemplo, el abandono de la inversión en las zonas rurales ha traído como consecuencia una cada vez más creciente migración hacia la ciudad.
2- La poca inversión en el sistema educativo ha repercutido en una baja calificación en la preparación y capacitación laboral de gran parte de los ciudadanos /as, sobre todo de los sectores más empobrecidos. Esto ha hecho que una masa enorme no califique para los ya reducidos puestos de trabajo del mercado laboral, abriéndose como alternativa de sobrevivencia la informalidad.
3- Ha esto hay que añadir los aspectos que tienen que ver con la exclusión del mercado donde los más afectados son mujeres y jóvenes. Con igual o mayor preparación, quienes logran conseguir empleo tienen que aceptar una remuneración en muchos casos más baja que otros sectores, por problema de discriminación sexual o de experiencia laboral.
4- finalmente estudios recientes señalan también, que para un gran segmento de la población (véase informe sobre pobreza Banco Mundial 2006), el mercado laboral formal luce poco atractivo. La actual legislación laboral no parece brindar grandes garantías a los sectores formales del mercado, refiriéndonos concretamente a una pobre redistribución salarial, precarios servicios de salud y una cobertura de pensión que más que asegurar su vida en la ancianidad, lo condena a la pobreza y la muerte.
En resumen tenemos que ser muy cauto y más humilde al pretender exhibir como logro el crecimiento del empleo en e el sector informal, pues este en muchos casos como lo señala recientemente un estudio de la OIT representa ser una situación de escape.
¿ Por donde seguir caminado ?
El mercado laboral informal sigue y seguirá siendo un escenario de grandes desafíos para el Estado, representado en sus autoridades actuales, así como para los demás sectores productivos. Las autoridades estatales por su lado están llamadas junto a otros actores de la economía a revisar sus políticas, planes de inversión, así como sus estrategias.
Es necesario, que de cara al próximo presupuesto, el gobierno incremente las partidas para una mayor inversión social, priorizando renglones como educación y salud altamente prioritarias y necesarias para mejorar la capacidad de los dominicano/as de insertarse exitosamente en el mercado laboral, evitando así mayor exclusión social.
Impedir a como de lugar un nuevo aplazamiento del sistema de seguridad social, ampliando en este sistema el régimen subsidiado y contributivo subsidiado que incorporarían de inmediato a estos trabajadores del sector informal de tal manera que mejoraría su protección social y en consecuencia su calidad de vida.
Es importante prestar atención a los trabajadores del sector formal, sobre todo a sus condiciones laborales; brindando acceso a capacitación, mejorando su ya deprimido salario y creando nuevos incentivos laborales por su rendimiento y profesionalización.
Hay que pensar programas de empleos en las zonas rurales, diversificar el modelo económico donde estas poblaciones sean incorporadas al mercado laboral en sus territorios. Concluyendo: El crecimiento del empleo informal no se puede cantar como una victoria, sino atendemos sus necesidades y procuramos tomar medidas a nivel de políticas públicas que puedan convertir éste escenario en una gran posibilidad de empleos dignos como merecen todos los/as dominicanos/as.
¡Es hora de dignificar el empleo!