La ciudad iraquí fue testigo de uno de los más sangrientos ataques terroristas de los últimos cuatro años, cuando cuatro camiones con combustible explotaron de forma sincronizada. Al menos 175 personas resultaron muertas en una cadena de atentados suicidas sincronizados, según informara el ejército iraquí. Los ataques fueron realizados en la ciudad de Mosul, cerca de 390 kilómetros al norte de Bagdad. El número de heridos, además, asciende a la cifra de 200.
Alrededor de las 20:00 hora local, cuatro suicidas que conducían camiones llenos de combustible hicieron estallar sus vehículos en distintos puntos de la zona oeste de Mosul. Abd al Yabur Al Wakaa, viceministro del Petróleo, fue secuestrado en la misma área.
Los atentados tenían como objetivo a la etnia minoritaria yazidí, comunidad de tamaño menor que en su mayoría es kurda, y que fundamentalmente se agrupa en los alrededores de Mosul y que adora al ángel Melek Taus, al que algunos musulmanes y cristianos consideran el Demonio.
Por otra parte, el ejército norteamericano informó que cinco de sus hombres murieron, tras estrellarse un helicóptero militar de transporte CH-47 Chinook durante un vuelo rutinario.
El accidente, sobre el que se encuentran realizando investigaciones para determinar la causa, se produjo cerca de la base aérea estadounidense de al-Taqaddum, situada en el oeste del país, cerca de Faluya.