Si responde de manera afirmativa a dos o más de estas interrogantes debe pensar seriamente en la forma de iniciar un plan de ataque para organizar su vida financiera y prestarle mayor atención a la salud de su crédito.
¿Se ha visto precisado a refinanciar un préstamo o a tomar uno nuevo para saldar uno atrasado?
¿Se ve compelido a tomar dinero prestado para saldar lo que antes pagaba a crédito?
¿No tiene una idea exacta del monto de sus deudas?
¿Pide dinero prestado con frecuencia a sus amigos y familiares?
¿El porcentaje de sus ingresos destinado al pago de deudas atrasadas se incrementa cada día?
¿Suman sus facturas mensuales, sin contar el pago de la casa, más del 15 ó el 20% de sus ingreso netos?
¿Sus ahorros son muy pocos o inexistentes?
¿Lo más que puede pagar a sus tarjetas de crédito es la suma mínima establecida?
¿Siempre está cerca del límite de la cobertura de crédito que le ofrece su tarjeta?
¿Se vería de inmediato en una mala situación financiera en caso de quedarse sin empleo?
Si ha respondido afirmativamente a más de dos o tres de estas interrogantes, es posible que usted no sepa manejar su economía y que carezca de un fondo de emergencia.
Los fondos de emergencias deben mantenerse lo más elevados posible, lo cual se logra poniendo en ejecución un verbo clave: AHORRAR.