Santiago de Chile (PL).- Chile es uno de los pocos países latinoamericanos gobernados por una mujer, la presidenta Michelle Bachelet, pero persisten en la sociedad enormes barreras que impiden a las féminas del país liberarse del viejo "machismo".
La mandataria chilena introdujo con fuerza el concepto de paridad de género en su gobierno, iniciado hace año y medio, aunque no logró mantener del todo ese equilibrio en su gabinete ministerial.
Luchadora por los derechos humanos, también propuso iniciativas en favor de la mujer, pero no todas han podido ser convertidas en ley.
Es que, según expertos en la materia, el "machismo" en Chile está arraigado de manera profunda y abarca todas las esferas de la sociedad, muy visiblemente los ámbitos laboral, económico y político.
Según el Informe de Competitividad Mundial 2006-2007, del Foro Económico Mundial, Chile ocupa el lugar 110 (de 125 países) en cuanto al acceso de mujeres a cargos importantes y el lugar 68 con respecto a su participación parlamentaria.
La primera senadora chilena fue electa en 1953 y hoy, más de medio siglo después, Chile cuenta con apenas dos senadoras. La Presidenta comentó que, a este ritmo, se necesitarían 40 o 50 años para lograr niveles aceptables de representación.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a pesar de que las mujeres constituyen la mitad de la población de la región, están subrepresentadas en la mayoría de los Parlamentos y otros poderes del Estado.
En respuesta a esa situación, el organismo de Naciones Unidas, con sede en esta capital, calificó de exitosa la estrategia de cuotas para incrementar la presencia de las mujeres en los Parlamentos de varios países.
Tras participar junto a 600 delegadas en una reciente reunión sobre la mujer en Ecuador, la propia mandataria anunció, entre otras varias medidas, una ley para incorporar más féminas a la política, los cargos de representación popular y de responsabilidades públicas.
La medida, que será sometida al Parlamento en septiembre, modifica las leyes de Votaciones Populares y de Partidos Políticos, y establece un mínimo de "candidatas", las cuales cada colectividad debe presentar en las elecciones parlamentarias y municipales.
"Espero que todos los partidos, cuando enviemos el proyecto de ley, lo aprueben y se comprometan a tener más mujeres candidatas, más mujeres en sus bancadas y mujeres de todo el país", planteó Bachelet.
"Permítanme decirlo, con cariño, es una prueba también para todos los parlamentarios hombres, quienes tienen que entender que el ejercicio de la política tiene que asegurar condiciones de igualdad, y esto debe refrendarse en la votación en el Parlamento", reiteró.
"Cuando una mujer llega sola a la política, cambia la mujer; cuando muchas mujeres llegan a la política, cambia la política", subrayó al desatacar la necesidad de "mejorar la calidad de la política" en Chile.
Los cambios se aceleran cuando una mujer ocupa cargos de autoridad y rompe con "toda una simbología tradicionalmente masculina", dijo al precisar que el desafío de las sociedades modernas es saber integrar la mirada masculina y femenina, y transformarla en un todo armonioso.
"Mi elección como Presidenta, recordó, es, precisamente eso, la derrota de la exclusión, una derrota de los que creen que hay un orden inmanente e intocable en nuestras sociedades que permite la exclusión".
Bachelet también anunció medidas dirigidas a compatibilizar responsabilidades profesionales, laborales y de trabajo para hombres y mujeres, lograr la igualdad de oportunidades en el ingreso, ascenso y responsabilidades en el trabajo, y disminuir la brecha salarial.
Por otro lado, el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) anunció la aplicación en empresas chilenas del modelo de equidad "Iguala.cl" que -asegura- ha aumentado la productividad en un 35 por ciento y disminuido la pobreza en un ocho por ciento en otros países.
La ministra del SERNAM, Laura Albornoz, explicó que el programa busca generar prácticas de equidad de género en el empleo, mediante acciones voluntarias de planes de Buenas Prácticas Laborales (BPL).
Agregó que las empresas que asuman ese compromiso voluntario podrán postular, dentro de dos años, a un Sello de Equidad de Género o "Sello Iguala", que las diferenciará en el mercado.
Entre los requisitos, sin embargo, figuran algunos de difícil cumplimiento para los empresarios chilenos de hoy: no discriminación en el acceso femenino al empleo; mejoramiento de las condiciones laborales de la mujer; y hacer efectivas las normas de maternidad.
Asimismo, normar el acoso sexual y laboral; constituir en forma paritaria sus administraciones; y disminuir la brecha de salarios entre hombres y mujeres.
El tema de la mujer ha estado en las portadas y pantallas de los medios chilenos en las últimas semanas también desde el punto de vista criminal, con el auge del fenómeno denominado "femicidio" o "feminicidio".
La Presidenta debió comentar que "una triste realidad, de la cual me hago cargo, es que llevamos ya en este año 32 mujeres muertas por sus parejas", una realidad -dijo- inaceptable.
Al respecto, citó el "Consenso de Quito", en que los países de la región se comprometieron a eliminar todas las "formas de violencia y sus manifestaciones contra las mujeres, especialmente el homicidio de mujeres, el femicidio y el feminicidio".
Pero este crimen tiene además su reflejo en la política chilena, según la revista Punto Final, que acaba de publicar un artículo de su director, el periodista Manuel Cabieses.
"Aunque no quita la vida, (el femicidio político) persigue aniquilar a la mujer como sujeto social, destruirla como ciudadana y hacer tabla rasa de la igualdad de derechos que las leyes proclaman de la boca para afuera", señala.
Alerta asimismo que eso está ocurriendo con Bachelet, contra quien -dice- se ha desencadenado una maquinación que busca su muerte política para, entre otros objetivos, "inferir una derrota histórica al proceso de emancipación de la mujer en Chile".
*El autor es Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Chile.