SANTIAGO.- La Guardería Infantil Santo Niño de Atocha, una de las tres que existían en esta ciudad, fue clausurada hace varios días, sin que las autoridades dieran a conocer la causa de dicho cierre. Debido a esa decisión, por lo menos 200 infantes que recibían atención ahora pasarán a formar parte del Consejo Nacional para la Niñez (CONANI), mientras esta entidad cierra las puertas a nuevos solicitantes.
Los niños que formaban parte de esta institución, la cual se mantenía con algunas donaciones y pequeñas ayudas que le aportaba el gobierno, fue cerrada sin que esto preocupara a las autoridades locales.
Muchos madres que han ido a inscribir a sus niños al CONANI, han sido despachadas por esta causa. Porque, según les dicen las secretarias, ya no hay cupo, porque tuvieron que recibir a los niños del Albergue que fuera cerrado recientemente.
Esta ciudad, la segunda ciudad más grande del país, a pesar de contar con un centro industrial y productivo importante y de tener una economía exitosa no posee los mecanismos para brindar el servicio de guarderías o estancias infantiles para las miles de obreras que laboran en las zonas francas y otras industrias de aquí.
Esta situación se contrapone al eslogan del gobierno que reza: “servir al partido para servir al Pueblo”; ya que en esta ciudad convergen distintos grupos que han migrado de los campos y montañas de la región en busca de mejores oportunidades.
El hecho de que en la región haya muchos niños huérfanos, abandonados y desprotegidos debe ser uno de los puntos de mayor preocupación para quienes manejan los fondos de carácter social del presupuesto nacional, en este caso: El Plan Social de la Presidencia no contempla en sus ejecutorias un plan de amortiguamiento ni de amparo para los miles de niños y niñas que deambulan por las calles.
Han sido pocas las ejecutorias tendentes a dar respuestas directas tanto a las madres adolescentes, o madres solteras, así como a los menores que prácticamente se encuentran desamparados, o que sencillamente son víctimas de un sistema excluyente de la mayoría de los servicios básicos para los sectores marginados.
Anteriormente había en la ciudad tres guarderías, una en Cienfuegos, la cual era sostenida por el Grupo M, una empresa, de las pocas de zona franca, que invierte en este tipo de programas de apoyo laboral, otra en Pekín y otra en la Avenida Imbert, la cual fuera cerrada recientemente.
Existe también, la Aldea Infantil SOS Santiago de los Caballeros, donde unos 145 niños son acogidos en una casa junto a las llamadas tías SOS, quienes fungen como ayudantes de las madres SOS en su trabajo diario o futuras madres SOS en formación, que las reemplazan si están enfermas o tienen que salir.
Los sectores más necesitados reclaman que en vez de cerrar, abran más guarderías en los distintos barrios pobres de la ciudad.
Una madre de zona franca que tiene tres hijas, reveló a este diario que “cuando tengo que trabajar dejo las dos más pequeñas con la mayor, que tiene 12 años, porque no gano suficiente para pagar a una persona que me los cuide”.
Santa Díaz, quien reside en el sector de La Otra Banda, sostiene que “el gobierno en vez de abrir guarderías, mejor cierra las que existen, va para atrás en vez de ir para alante, como ellos dicen”