MÉXICO, 21 ago (IPS) – Las medidas preventivas adoptadas por las autoridades de México y una dosis de fortuna hicieron que gran parte de la sudoriental península de Yucatán se librase este martes del huracán Dean, que amenazaba ser el más destructivo de las últimas décadas.
El Dean, que había ingresado a México este martes en la madrugada procedente del Caribe y con categoría cinco en la escala Saffir-Simpson, la máxima para ese tipo de fenómenos, se degradó a la uno en horas posteriores al medio día. Además, pasó por zonas poco pobladas y no estuvo acompañado de tormentas considerables.
"La gente estaba muy alarmada, pero finalmente no pasó nada, sólo viento fuerte. Ahora mismo ya tenemos aquí sol y todo regresa a la normalidad", dijo aliviado a IPS Eduardo Anaya, un empresario que vive en Cancún, el emblemático balneario de la península de Yucatán que en octubre de 2005 sufrió grandes pérdidas a causa del huracán Wilma.
Al paso de Dean por México, que dejó en los días previos en las islas del Caribe 11 muertos, se anegaron algunas zonas, cayeron árboles y postes de la red eléctrica, pero no causó heridos ni víctimas fatales, según informaron las autoridades.
"Dean resultó mucho menos grave de lo que se esperaba", señaló a IPS Jaime Albarrán, uno de los expertos del Servicio Meteorológico Nacional de México.
Entró con la máxima categoría destructiva, con vientos de más de 250 kilómetros por hora, pero al tocar tierra y sin tener mucha humedad bajó hasta un nivel de bajo peligro, indicó.
Las tormentas de categoría cinco en la escala Saffir-Simpson son raras y tienen un gran potencial destructivo.
Wilma, que llegó en 2005 a la misma península de Yucatán con categoría cuatro mató a siete personas, destruyó Cancún y dejó pérdidas económicas estimadas en unos 2.600 millones de dólares.
En esa ocasión, gran parte del apoyo oficial llegó después de la destrucción, lo que no sucedió con Dean, pues el gobierno mexicano entregó esta vez recursos financieros e hizo envíos policiales y militares con antelación. Además, se evacuaron miles de personas sin mayores problemas y se hicieron presente, antes del ingreso de huracán, siete ministros de Estado en una muestra de mayor apoyo.
El presidente Felipe Calderón apresuró este martes el fin de su visita a Canadá, donde se reunió con su homólogo de Estados Unidos, George W. Bush, y con el primer ministro anfitrión, Stephen Harper.
Tras revisar varios acuerdos y dialogar con sus pares del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que reúne a los tres países, así como de cooperación energética, combate al narcotráfico y seguridad, el mandatario mexicano viajó a la península de Yucatán.
Autoridades de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, los tres estados de esta península, se declararon satisfechas con el comportamiento de los habitantes de esa zona, que fueron evacuados con rapidez.
Según reportaron, la mayoría de poblaciones, así como las playas de arena blanca y agua turquesa, las selvas, las ruinas precolombinas y la infraestructura turística que caracteriza toda el área, no resultaron mayormente afectadas.
"Aquí la población se ve que tiene ya experiencia con los huracanes, igual que las autoridades. Aunque había tensión y ‘compras de pánico’ en algunos supermercados, se siguieron las instrucciones y afortunadamente todo resultó bien", señaló Anaya, quien se mudó de la capital mexicana a Cancún apenas en julio.
Este empresario indicó que en este balneario del Caribe, uno de los principales centros turísticos de México, percibió días antes una marcada solidaridad entre los habitantes, pues muchos ofrecieron sus casas como refugio a personas desconocidas.
La trayectoria del huracán Dean por zonas poco pobladas y su rápida pérdida de fuerza se conjugaron con la preparación observada en toda la península de Yucatán. Eso aminoró su efecto, expresó Albarrán, del Servicio Meteorológico Nacional.
Otra fue la situación en el Caribe. Dean, que se formó el jueves como el primer huracán del año en el océano Atlántico, recorrió esa región dejando una estela de destrucción. En República Dominicana, Haití, Santa Lucía, Dominica y Martinica se reportaron 11 personas muertas y pérdidas de grandes extensiones de plantíos y de infraestructura.
Los huracanes azotan entre junio y noviembre de cada año la franja tropical conformada por América Central, el Caribe, México y el sudeste de Estados Unidos.
Algunos científicos atribuyen el aumento de estos fenómenos al cambio climático causado por el uso intensivo de combustibles fósiles, pero otros sostienen que es sólo parte de los ciclos normales del planeta. (FIN/2007)