La incertidumbre y el estrés que invade a los niños durante la primera semana de clases resultan mayores cuando éstos van por primera vez a la escuela, porque entraña una separación de sus padres, el desconocimiento de un sistema educativo y el relacionarse con personas extrañas (maestros y compañeros de aula).
Pero aún para los que ya tienen experiencia escolar, el regreso a las aulas les ocasiona estrés, pues el período de vacaciones trae consigo el cambio de algunos hábitos; tanto en el aspecto alimenticio, como del sueño, de la disciplina y de horarios; lo que demanda un período de ajuste.
Los psicólogos recomiendan prestar atención a esta realidad que al comienzo de un período académico deben enfrentar los pequeños y los no tan pequeños, porque los primeros días de clases son decisivos en el éxito o fracaso durante todo el año escolar. Y es que este regreso implica para ellos una amalgama de sentimientos, como son:
- Iniciar una relación con un nuevo (a) maestro (a), a quien comienza a comparar con el (la) anterior.
- Reencontrarse con amigos queridos, pero también con otros con los cuales no se lleva bien y, en el peor de los casos, con aquellos con quienes ha tenido conflictos.
- Vivir la emoción de estrenar uniformes, mochilas, zapatos, libros y todo tipo de útiles escolares, con los cuales presumirá ante los demás.
- Abrigar el temor a la disciplina que, de alguna forma, se rompe durante las vacaciones.
- Experimentar la sensación de presión que les causa la obligación que constituye tener que cumplir con las tareas escolares.
- Rememorar experiencias no gratas en la escuela o con pasados maestros o compañeros.
- Sentir la presión del tiempo.
Para ayudarlos a enfrentar situaciones estresantes y adaptarse con facilidad al ambiente, se recomienda:
- Conversar con ellos sobre la importancia del regreso a la escuela, planteárselo como algo muy positivo e importante.
- Explicarles lo que se espera de ellos durante el año escolar y sugerirles formas para lograrlo.
- Escuchar con mucha atención sus dudas, intereses y expectativas y orientarlas al respeto.
- Instituir y hacer cumplir los horarios establecidos: para levantarse, alimentarse, dormirse, tomar clases especiales, realizar las tareas y recrearse.
- Tratar de tener todo listo a la hora de ir a la escuela, para que la prisa no se constituya un motivo de estrés.
- Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles, uniformes y la solución de sus tareas escolares, para evitar así el desorden que origina muchos inconvenientes y tensiones familiares.
- Inspeccionar que se desayunen de forma adecuada, pues ésta es la comida más importante del día y la que les permitirá concentrarse e incrementar su rendimiento académico.
- Proporcionarles una merienda que constituya un complemento alimenticio, para que no carezcan de las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.
- Vigilar cualquier cambio de conducta o actitud, pues puede ser una señal de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal.
Pero también durante el año escolar hay que vigilar conductas que nos pueden indicar nuestros hijos no se encuentra bien en la escuela, como son:
- Llorar todos los días al entrar al recinto escolar.
- Orinarse con la ropa puesta, cuando ya habían logrado controlar ese reflejo.
- Fingir estar enfermos, para no asistir a clases.
- Mostrarse desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela.
- Quejarse continuamente de la conducta de sus maestros o compañeros de clase.
- Presentar algún signo de violencia o golpe.
– Obtener bajas de calificaciones sin motivo aparente.
¿QUÉ HACER ANTE CUALQUIERA DE ESTAS SITUACIONES?
- Escucharlos, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Escucharlos, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Hablar con maestros y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
- Denunciar cualquier hecho de violencia.
- Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
- Comentar con los maestros si se piensa que las tareas son excesivas.
- Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.