México, 24 ago (PL) La advertencia de ciclones más frecuentes e intensos provoca desconcierto hoy en México, donde aún se cuantifican los efectos del poderoso huracán Dean que esta semana atravesó el país y dejó una estela de destrucción y muerte.
Como consecuencia del cambio climático, los huracanes ganarán cada vez más en intensidad y frecuencia, vaticinó aquí el premio Nobel de Química 1995, Mario Molina, quien añadió que el calentamiento global afectará ecosistemas y a la agricultura.
Según Molina, a menos que se adopten acciones radicales para enfrentar el calentamiento global y la emisión de contaminantes a la atmósfera como un problema que atañe a todo el planeta, ese proceso será irreversible por sus nefastas consecuencias.
El presagio del experto mexicano provoca incertidumbre aquí a escasas horas del embate de Dean, que con fuerza descomunal azotó directamente a 11 estados con un saldo de nueve muertos y cientos de miles de damnificados.
Tras la tempestad, ¿la calma?. Difícilmente los afectados por el embate del huracán puedan decir lo mismo, pues el pesimista augurio impone la disyuntiva de esperar sentados la ayuda gubernamental o afrontar por sí mismos la recuperación de su patrimonio.
Mientras el fenómeno meteorológico se disipa este viernes en el Pacífico, varias localidades del territorio nacional continúan en alerta por peligrosos remanentes del ciclón como riadas, inundaciones y deslaves.
El huracán, que alcanzó categoría cinco (máxima) en la escala Saffir-Simpson, golpeó territorio mexicano por más de 72 horas y provocó importantes daños a la agricultura, sobre todo a las plantaciones de cítricos, plátano y café.