Panamá, 25 ago (PL) La posible extradición de Manuel Antonio Noriega a Francia, después que un juez norteamericano le negó un habeas corpus que pavimentaría su regreso a Panamá, provocó hoy aquí encontradas expresiones de alivio e inconformidad.
Noriega tiene previsto salir de prisión el 9 de septiembre, luego de cumplir 17 años tras las rejas en Estados Unidos de una condena de 40 por narcotráfico, reducida por buena conducta.
Pero en lugar de cruzar la puerta rumbo a la calle, el ex general jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá, quien se entregó en 1990 a las tropas norteamericanas que invadieron el país istmeño, tendrá marcado como destino otra prisión.
El juez William Hoeveler, el mismo que en 1990 le concedió la condición de prisionero de guerra, negó el viernes un habeas corpus interpuesto por los abogados de Noriega, con el fin de bloquear la extradición a Francia, pedida por la justicia del país europeo.
Sin embargo, el abogado panameño Julio Berrío, quien en su condición de funcionario de la cancillería firmó en 1991 el pedido de repatriación del ex hombre fuerte de Panamá, piensa que Estados Unidos debe devolverlo a su patria.
Berrío, contratado por el equipo de defensa del "MAN", como todavía se le recuerda aquí, insistió este sábado en que Noriega debe volver y afrontar los cargos y condenas impuestas en ausencia.
Dos de cada tres panameños, el 64.7 por ciento de dos mil 214 entrevistados por la firma Dichter y Neira, estimó que los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Panamá pactaron el envío de Noriega a París.
No obstante, un vocero de la presidencia reiteró que el desenlace depende de la justicia estadounidense, pero si Noriega es extraditado a Francia, el gobierno le dirigirá la solicitud de repatriación, con el fin de que pague aquí sus condenas.
Si viene o no para Panamá depende del juez William Turnoff, de Miami, quien decidirá el próximo martes si lo envía a Panamá o a París, donde quizás ya ni recuerden que el reo panameño es un ilustre condecorado con la Legión Francesa en sus días de gloria.