SANTO DOMINGO.-El director general de Aduanas abogó por la aplicación de una política distributiva que contribuya a paliar la deuda social que tiene el Estado con sus habitantes, pero advirtió que para lograrlo no puede haber complacencia, descuido ni permisividad en la exigencia de los tributos, porque de ser así estaríamos en una sociedad basada en la injusticia.
El licenciado Miguel Cocco manifestó que uno de los principios fundamentales de la justicia consiste en el criterio de que todos somos iguales ante la ley, por lo que una de las primeras obligaciones que tiene una nación es la de requerir –de parte de los contribuyentes– los recursos imprescindibles para subsanar las necesidades que, de manera imperiosa, tiene cada Estado.
Cocco hizo esos pronunciamientos al encabezar una acto, junto al presidente de la Suprema Corte de Justicia, en el cual Aduanas donó a esa entidad mil ejemplares del libro “Legislación aduanera y sus modificaciones”, que contiene las leyes 3489 y 226-06, a fin de que le sea entregada a todos los jueces del país.
“Para nosotros el acto de hoy representa no un apoyo, representa más que un apoyo una nueva obligación: no defraudar al presidente y a la Suprema Corte de Justicia en los procesos de reclamo tributario y liquidación de tributos”, precisó Cocco.
Admitió que muchas veces por ligereza, por improvisación y otras veces por desconocimiento de los jueces y fiscales el Estado no sale ganancioso de la exigibilidad de castigado a la evasión impositiva que tanto afecta al país, por lo que expresó que la donación de los libros busca proporcionarles más información sobre las violaciones tributarias.
Cocco indicó que Aduanas y la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) —Juan Hernández estuvo presente en el acto— constituyen el sostén económico del aparato fiscal del Estado, y que la DGA tiene que colocarse por encima del partidarismo político, de la política partidaria, y tiene que asumir su responsabilidad y exigibilidad en función de lo que establece la Ley y no de padrinazgo ni en base a sobornos e intereses mezquinos.
Sostuvo que la Suprema Corte de Justicia le ofrece a la DGA la oportunidad de trabajar juntos en la persecución del delito tributario, que es una de las formas más avasallantes de la corrupción, por lo que estimo que el trabajo colaborativo entre las dos entidades constituye un extraordinario paso de avance.
Dijo que el trabajo colaborativo permitirá superar las dificultades que se han presentado en los procesos de lucha contra los delitos aduaneros, lo que garantiza que el nivel de exigibilidad impositiva cumpla su misión con holgura y satisfacción plena en beneficio de los sectores más empobrecidos de la nación.
De su lado, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Jorge Subero Isa, calificó a Miguel Cocco de “un hombre responsable, honesto y cabal en el cumplimiento de su funciones públicas y su vida privada”, por lo que apoyó la lucha que en contra de la corrupción viene librando el director de Aduanas.
Sostuvo que la corrupción se ha fomentado en el país por los malos ejemplos que dan los funcionarios públicos y por la falta de sanción de parte de los funcionarios responsables de hacer cumplir la ley.
Indicó que la corrupción pública y el contrabando son delitos penales de naturaleza económica que se cometen contra el Estado, con la diferencia de que la corrupción se comete desde el propio Estado y el contrabando se comete fuera del Estado, pero ambos son un atentado contra la economía del Estado.
“Cuando se compra a un juez se rompe el equilibrio que debe existir entre la igualdad de armas entre las partes, lo mismo ocurre cuando se realiza un contrabando, porque se rompe el equilibrio de las reglas del negocio que deben centrarse en justo equilibrio del negocio lícito, por lo que el que paga impuesto está en desventaja con respecto al que no paga impuestos”, precisó Subero.
Sostuvo que la ley que regula la actividad aduanera tiene sus propias especificidades que tienen que ser tomadas en cuenta al momento de asumir una decisión, por lo que los mil ejemplares del libro donado por Aduanas serán distribuidos a todos los jueces del país, con la idea de que tengan mayor conocimiento de esas especificidades de la legislación aduanera.
Exhorta a las instituciones a aunar esfuerzos para luchar contra la corrupción pública ya que es un flagelo tan lacerante para la sociedad dominicana como lo es el narcotráfico. Dijo que si hay corrupción sin sanción lo que se hace es alimentar los apetitos de personas.
En el acto Miguel Cocco estuvo acompañado de los subdirectores Eduardo Rodríguez, Ruht Méndez, Belkis Luna, Leticia Peña, Heriberto Minaya, doña Victoria Efres de Zeller, asistente del director, y María Elena Peña, encargada de fiscalización.