BAITOA, Santiago.- Un ex regidor, quien desde julio pasado acompañaba al destituido encargado de este distrito municipal en la ocupación de la sede del cabildo, decidió abandonar el edificio, dejando allí a dos compañeros, incluyendo a José Rafael Gil, cancelado del puesto hace casi dos meses. Se trata de Cecilio Acosta, quien salió del local del Ayuntamiento a eso de las 11 de anoche, siguiendo los pasos de Juan Díaz, quien hace varios días resolvió salir del sitio que invadieron la madrugada del 23 del pasado mes. En el sitio permanece, además de Gil, un sujeto sólo conocido como Negrito.
Mientras tanto, la Sala Capitular de Santiago, organismo que decidió cancelar al encargado de este distrito municipal y sus regidores, continúa a la espera de que la fiscalía de ese municipio le otorgue la fuerza pública, para sacar del cabildo de Baitoa a los dos que permanecen en su interior.
El organismo deliberativo municipal decidió en su más reciente sesión solicitar por escrito al fiscal Raúl Martínez que otorgue protección policial y judicial, a fin de sacar de la sede del Ayuntamiento local tanto a Gil como a Negrito.
A pesar de que el pedido formal le fue hecho a la autoridad judicial hace cuatro días, hoy no había tomado una decisión al respecto, tardanza que atribuyen los regidores del PRD y el PRSC en el Ayuntamiento de Santiago, a que tanto los invasores del local como el fiscal Martínez son dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana.
La reacción de Gil y sus tres acompañantes, de ocupar la edificación tras romper una persiana la madrugada del 23 de julio tuvo su origen en que, días después de ser destituido, entendió que esa decisión fue ilegal. En su lugar fue designado Mateo Agapito Acosta, dirigente del Partido Revolucionario aquí.
Ninguna persona ha podido ingresar a la sede del distrito municipal de este poblado, por lo que las labores administrativas se encuentran paralizadas desde esa fecha.
Horas después de producirse la toma de la edificación, la comandancia Cibao Central de la Policía Nacional ordenó que varios miembros de su unidad élite SWAT acordonaran el área, a fin de evitar enfrentamientos entre los ocupantes y las personas que diariamente se ubican en sus alrededores.