Madrid, 3 de septiembre de 2007.– “La distribución gratuita de la Píldora del Día Después en la Universidad no reducirá en Argentina la tasa de embarazos no planificados ni de abortos, como demuestran los estudios científicos de Salud Pública sobre este tema. Además, en ocasiones produce un aborto precoz”, afirma el director de la Fundación Vida, Manuel Cruz.
Un estudio tremendamente clarificador fue el publicado en 2004 por la revista
“Contraception”. En dicho trabajo, llevado a cabo en Inglaterra, participaron más de 17.000 mujeres mayores de 16 años. A cada una de ellas se les entregó cantidades suficientes de píldora postcoital para ser utilizada hasta en cinco ocasiones en sus domicilios, o facilitarla a alguna amiga.
Así, un total de 22.603 mujeres dispusieron de la píldora postcoital para tomarla cuando les hiciese falta y sin necesidad de acudir al médico o a una farmacia para obtenerla.
Los investigadores esperaban que con el “libre acceso” a la píldora postcoital se iba a reducir en un 15 por ciento la tasa de abortos censados. Sin embargo, no fue así.
Disponer “libremente” de la píldora postcoital no consiguió disminuir la tasa de abortos censados, sino que incrementaría la tasa de los no censados. Otros dos estudios publicados luego en la revista “Human Reproduction”, concluyeron en la misma línea.
“Los estudios científicos indican que tener acceso directo a la Píldora del Día Después no es una buena estrategia de Salud Pública para reducir embarazos no deseados y, consecuentemente, el número de abortos”, añade el director de esta fundación.
“Numerosos estudios científicos publicados han demostrado que la píldora poscoital modifica el endometrio, impidiendo, en ocasiones, la implantación de un embrión. El embrión no implantado muere, es decir, se produce un aborto precoz, que no por ello es menos importante”, precisa.
También recuerda que “expertos internacionales de reconocido prestigio, como J. Trussell, recomiendan que se informe siempre a las mujeres que la píldora poscoital puede impedir la implantación de un embrión”, sigue diciendo.
Manuel Cruz destaca también sobre la píldora postcoital que, “además de ser nociva para las personas y para la sociedad, tiene un alto efecto contaminante, puesto que la gran cantidad de hormonas que se ingieren repercuten, con certeza, en el medio ambiente”.