NACIONES UNIDAS, 6 sep (IPS) – La ONU convocó a una cumbre extraordinaria para debatir sobre el cambio climático, en medio de una creciente preocupación mundial por el lento ritmo de las negociaciones internacionales al respecto.
Considerando que el cambio climático tiene enormes implicancias para la economía mundial y el desarrollo internacional, el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon, invitó a todos los jefes de Estado a considerar el asunto en Nueva York.
La reunión, a la que es probable que asistan más de 100 representantes de alto nivel, entre ellos presidentes y primeros ministros, se realizará un día antes de la apertura de la sesión anual de la Asamblea General del foro mundial, el 25 de este mes.
"No es sólo un problema ambiental. El cambio climático es también un problema de desarrollo y un problema político", dijo a la prensa Richard Kinley, subsecretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Kinley explicó que, al convocar la reunión, Ban mostraba "preocupación" ante la posibilidad de que la próxima conferencia de las partes de la Convención, que se celebrará en diciembre en la isla indonesia de Bali, "no arroje resultados positivos", porque las negociaciones no avanzado "tan rápido como se requiere".
El objetivo de la reunión en Nueva York es alentar a la conferencia en Bali a alcanzar un acuerdo sobre reducciones en las emisiones de gases invernadero más allá de 2012, año en que expirará el Protocolo de Kyoto.
Este Protocolo de la Convención Marco, firmado en 1997 y en vigor desde 2005, ordena a los países industrializados firmantes reducir sus emisiones de gases invernadero en un promedio de cinco por ciento para 2012, respecto de los valores de 1990.
Del 27 al 31 de agosto se realizó en Viena una nueva ronda de conversaciones de representantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que no arrojó ningún acuerdo concreto.
La mayoría de las naciones industrializadas rehuyeron del establecimiento de pautas estrictas para 2020 en materia de reducción de emisiones.
Un texto que circuló en la reunión de Viena demandaba a las naciones industrializadas "guiarse" por la necesidad de reducciones las emisiones entre 25 y 40 por ciento por debajo de los niveles de 1990, en un esfuerzo a largo plazo contra el recalentamiento planetario.
Muchos países en desarrollo, como China e India, pretenden que los países industrializados usen el ambicioso espectro de entre 25 y 40 por ciento para orientar las futuras negociaciones que conduzcan a una menor dependencia de los combustibles fósiles, a los que se responsabiliza del recalentamiento global.
Consultado sobre el fracaso de Viena, Kinley dijo sentirse "alentado por el resultado de la reunión", agregando que parecía haber "un acuerdo general sobre los (componentes) que algún futuro proceso climático conllevaría".
"El hecho de que se mire un espectro de reducción de entre 25 y 40 por ciento es alentador. Fue una brizna de aire fresco", opinó Kinley.
Sin embargo, los ambientalistas que observaron las conversaciones de Viena tienen un punto de vista muy diferente. Para ellos, el continuo fracaso a la hora de alcanzar un acuerdo es desastroso para el futuro de la humanidad.
"El espectro de entre 25 y 40 por ciento es necesario para ayudar a evitar el peligroso cambio climático, el aumento de los niveles del mar, el derretimiento de los glaciares y tormentas devastadoras", observó Stephanie Tunmore, de la organización ambientalista Greenpeace Internacional.
En junio, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) advirtió que era probable que el futuro de "cientos de millones de personas" se viera afectado por la gradual reducción de las capas de nieve y hielo.
Según el estudio "Global Outlook for Ice and Snow" ("Perspectiva Global para Hielo y Nieve"), el derretimiento de glaciares y cuerpos de agua helada en todo el mundo hace que la tierra y los océanos polares absorban más calor solar, lo que a su vez acelera el cambio climático.
Este año, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), red de más de 1.000 científicos dependiente de la ONU e integrado, dio a conocer tres voluminosos informes.
En ellos advirtió sobre el aumento del nivel del mar y las inundaciones devastadoras, una generalizada escasez de alimentos y la extinción de muchas especies de plantas y animales, si no se actúa de manera drástica.
Ban, quien dijo reiteradamente que el cambio climático es una de sus prioridades, también invitó a los representantes de la sociedad civil internacional y a empresas privadas a participar en los debates de la conferencia de un día.
Según funcionarios de la ONU, más de 2.000 representantes de organizaciones no gubernamentales de más de 80 países asisten desde el miércoles y hasta el viernes en la sede neoyorquina del foro mundial, bajo la consigna "Cambio climático: Cómo nos impacta a todos".
Mientras, Estados Unidos, que retiró su firma del Protocolo de Kyoto, convocó a representantes de 16 importantes economías del mundo a una conferencia separada sobre cambio climático que se realizará los días 27 y 28 de septiembre en Washington.
Sobre los vínculos entre la conferencia de la ONU y la organizada por Estados Unidos, Kinley dijo que ambas iban "en la misma dirección, hacia una reconocida necesidad de un acuerdo más exhaustivo sobre cambio climático en 2009 o 2010".
Para Kinley, ambas reuniones son "complementarias", apoyándose mutuamente en los esfuerzos por hacer frente al cambio climático.
Hace poco, el gobierno de George W. Bush propuso incorporar a Estados Unidos a un proceso post-Kyoto en 2012, con planes tentativos de abordar el cambio climático. Pero, como destacaron muchos críticos, eso no entrará en efecto hasta después de que el presidente Bush abandone la Casa Blanca.
(FIN/2007)