Con mucho respeto, pero sin descanzo, he pedido que a lo interno del Partido Revolucionario Dominicano, comience una especie de jubilación para enviar con honores a sus ca-sas a dirigentes que han sido estrellas, pero que ya por ra-zones obivas han dejado de brillar. Gentes cuyos tiempos para optar por la Presidencia de la República ya terminó, que andan tras otras cosas menos honorables que por su historial político a lo interno y exter-no del partido les resta, y que no se les debe permitir que terminen mal parados ante el país, y ante la historia.
Las licencias políticas pedidas en estos momentos solamen te sirven para darle razón al adversario cuando afirman que a lo interno todavia el partido blanco tiene graves problema s y no es realmente incierto del todo, pero no tan grave como se quiere decir o demostrar por una oposición que desde el poder no acaba de asimilar el crecimiento de una candida tura que ellos minimizaron, cuestionaron, y hasta trataron de torpedear para ir más cómodos en el proceso nacional de Mayo del año que viene.
Por eso sigo insistiendo, en el PRD se debe comenzar a entregar placas por antiguedad, y alguna que otra pensión en la medida de lo posible hasta que llegue el momento de cambiar toda la dirección y comenzar a organizar y crear el nuevo PRD que ha anunciado el candidato presidencial y que en los hechos se demuestra que es una urgente necesidad si no se quiere que ese partido siga siendo torpedeado, dañ- ñado, cuestionado desde dentro, haciendole más daño que sus propios adversarios.