El equipo de campaña encargado de promover la candidatura de Miguel Vargas Maldonado aplica la doble moral en cada pronunciamiento que ofrecen. Lo mismo hace la cúpula cada vez que emite declaraciones públicas.
La estrategia de campaña se concentra en enrostrarle al presidente Leonel Fernández una supuesta incapacidad para resolver los problemas del país, problemas que el PRD dejó al salir del poder y que no tuvo capacidad para aplicar las fórmulas salvadoras que sus dirigentes prometieron aplicar antes de llegar al solio presidencial en el 2000.
Es obvio. Se entiende ese comportamiento. Están abajo, sufriendo, pasando calamidades de toda índole, y lo más natural es que utilicen todas las escaramuzas para tratar de despojar del poder a quienes los derrotaron vergonzosamente en las elecciones del 2004.
Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Como es ya su costumbre, los voceros perredeistas tratan de desviar la atención del país lanzando acusaciones descoloridas y sin asidero real contra el presidente de la República, en un desesperado esfuerzo por atraerse el voto de la población. Aplicando la vieja frase de “divide y vencerás”, los trasnochados estrategas del partido blanco enfilan sus cañones contra todo lo que huela a Gobierno. Se resisten a reconocer la prosperidad de la economía dominicana y los logros obtenidos por la presente administración y se pasan el tiempo tirando lodos, manipulando cifras y confundiendo a la población, además de financiar protestas callejeras a nivel nacional.
No conforme con eso, se dedican a acudir ante los organismos internacionales para denunciar los presuntos derroches de los recursos del Estado en los aprestos de campaña, entre otras falsas y acomodadas historias inventadas. Admitamos que son buenos en eso de confundir y desnaturalizar los hechos.
¿Con qué moral puede el PRD criticar, si el pueblo lo sacó del poder por incompetente? Además del despilfarro de las finanzas públicas, ¿no usó el PRD recursos del Estado para alimentar a sus masas hambrientas desempleadas y en los aprestos de campaña del 2000? Y sus funcionarios, ¿no usaron los recursos del Estado en asuntos personales? ¿Podrían decirnos qué gobierno no usa los recursos del Estado en los asuntos privativos del Presidente de la República? Por Dios, denle un respiro al país. Construyamos una nación competente predicando con los buenos ejemplos, no sembrando odio con propósitos proselitistas.
Ahora la estrategia es acusar a los funcionarios de ganar sueldos colosales. ¿Y los funcionarios del pasado gobierno, acaso ganaban sueldos de hambre? Si ellos tuvieran en el gobierno, ¿se conformarían con sueldos bajitos? Todos los que aspiran a ocupar funciones altas en las arcas del Estado buscan sueldos elevados, que nadie me venga con pendejadas.
Ciertamente, es preciso revisar los sueldos de los funcionarios porque no todos ganan igual. Hay una desproporcionalidad salarial. Muchos son los funcionarios de la anterior administración que salieron millonarios (incluso con flotillas de vehículos e invernaderos) y nunca demostraron el origen de sus fortunas. Si fueran inteligentes no tocaran ese avispero porque las consecuencias podrían volverse contra ellos. Los archivos están por ahí y la caja de Pandora podría abrirse en cualquier momento. Ya estamos cansados de ese discurso, de la doble moral.
Otra estrategia consiste en sacar de sus cabales al presidente Leonel Fernández retándolo a un debate público para analizar los problemas nacionales. ¿A cuál debate? El candidato del PRD no es un retador que está a la altura de Fernández para discutir los problemas del país. La capacidad de Leonel Fernández está muy por encima de él, de manera que el candidato del PLD, de expresa y con mucha inteligencia, prefiere concentrarse en buscar soluciones a los problemas nacionales, en vez de perder el tiempo en esos menesteres. Naturalmente, lo que vemos en todo este espectáculo es que el PRD pretende es llamar la atención y fortalecer el “liderazgo” de su candidato a costa de la prestancia política del presidente del Partido de la Liberación Dominicana, que es muy sólida y reconocida a nivel internacional. El PLD ha asumido el silencio como respuesta.
Por fortuna, Leonel Fernández asumió ante el reto una postura muy inteligente; no le ha hecho caso a Vargas Maldonado. No mordió el anzuelo. No perderá su tiempo. Lo está ignorando y eso está molestando a los perredeístas. Por eso han variado la estrategia enfilando los cañones contra los funcionarios del Gobierno.
Quisieron satanizar el Seguro Familiar de Salud, pero al darse cuenta que cometían un error al oponerse a un proyecto que el pueblo había ponderado, que necesitaba, y que todos los sectores acataron, dejaron sin efecto la estrategia. El vicepresidente Rafael Alburquerque se encargó de ponerle el bozal al presidente del PRD al enrostrarle que de Seguro Familiar de Salud éste no sabía nada, que debía callarse.
El descrédito del PRD es evidente. Ya nadie, a excepción de su militancia, cree en lo que dicen sus dirigentes. El pueblo es sabio y sabe quienes fueron sus verdugos, sabe diferenciar entre lo bueno y lo malo.
Hay que reconocer, sin embargo, que la cúpula del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en sus recientes acusaciones, ha logrado que el presidente Leonel Fernández responda las críticas hechas en la víspera, caldeando el ambiente político con acusaciones y contraacusaciones entre los dirigentes de ambos partidos.
Frente a los ataques del presidente Fernández que presenta al PRD como un partido "anárquico, desordenado" y que representa el "retroceso económico y social", el presidente del PRD lo acusa de ser "incumplidor, campeón de la indolencia" y que "evade responsabilidades al pretender que se olvide que la Fundación Global es parte de la quiebra de los bancos".
El ingeniero Ramón Alburquerque, al referirse al presidente Fernández, lo hizo como "el candidato incumplidor" y lo acusó de condenar a los pobres a ganar “pesitos”, mientras premia a sus funcionarios con "sueldos mensuales millonarios y contratas jugosas". Alburquerque aseguró que el presidente Fernández responde paladinamente con discursos del pasado, "llenos de falsedades y de promesas vacías, las demandas de los dominicanos seriamente afectados por la cruda realidad que viven diariamente en sus casas y en las calles del país".
El presidente perredeísta consideró que el presidente Fernández debe responder los planteamientos del PRD, sobre la corrupción y los altos salarios, “de él y sus funcionarios, que avergüenzan la democracia, porque golpean la clase media y a los pobres en forma angustiante”. Alburquerque demuestra que tiene una memoria desnutrida al hablar de corrupción. Al PRD no le conviene hablar de corrupción. No debe escupir hacia arriba, mejor es no tocar esa tecla.
Veo un descenso de tipo irracional en los dirigentes perredeistas. Se han pasado más de cuatro décadas con el mismo discurso, repitiendo lo mismo y lanzando acusaciones sin fundamentos sobre la base de hechos que ellos mismos repitieron en el pasado, lo que evidencia que en vez de ayudar a construir el futuro del país, están envenenando las mentes de las generaciones que van subiendo aprovechándose del atraso educativo en una gran parte de la población.