Yuri Plutenko, para RIA Novosti. El líder cubano Fidel Castro en un artículo publicado en "Granma", el principal periódico del país, refiere que en 1984 con la ayuda de Cuba se pudo prevenir el asesinato del entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan. Fidel Castro escribe que efectivos de los servicios de seguridad de Cuba le proporcionaron a EEUU la información de que se preparaba un atentado contra el presidente Reagan: "Una información entregada muy confidencialmente en el verano de 1984 a un oficial responsable de la seguridad de los representantes cubanos en ONU alertaba sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan, por parte de un grupo de extrema derecha de Carolina del Norte.
Al conocerla, decidimos informar de inmediato a las autoridades norteamericanas. Nuestro oficial sugirió entregarla a través de Robert C. Muller, jefe de seguridad de la misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, con el cual se tenía contacto para la protección de delegaciones cubanas que visitaban al organismo internacional".
El atentado se produciría cuando Reagan visitara Carolina del Norte, como parte de la campaña de su reelección.
Era una información exhaustiva: se indicaban los nombres de los terroristas, la fecha, la hora y el lugar donde se realizaría el magnicidio; el tipo de armamento que poseían los terroristas. Además, en el parte se señalaba el lugar en que se reunían ellos y se ofrecía un breve relato de aquello que se debatía en la reunión descrita.
La información fue entregada a Muller a dos cuadras de la sede de la misión cubana.
Al final del encuentro el agente cubano dijo que había recibido del Gobierno de Cuba las instrucciones de hacerlo con urgencia y que él fue elegido porque era un profesional en cuestiones de seguridad.
Muller releyó lo anotado para cerciorarse de que estaban incluidos todos los elementos más importantes.
Le explicaron que esa información secreta fue obtenida de una fuente muy segura.
Ya el lunes siguiente el FBI arrestó a un grupo de individuos en Carolina del Norte. El presidente Reagan viajó a dicho Estado poco después, en el marco de la campaña de su reelección al puesto presidencial.
Fue así como el servicio de inteligencia cubano le salvó la vida al presidente de EEUU.
Pasaron menos de cinco días desde el arresto en cuestión cuando Muller llamó por teléfono a la misión cubana para invitar al funcionario cubano a almorzar con él en el restaurante para delegados de Naciones Unidas. Lo primero que hizo fue pedir transmitirle al Gobierno de Cuba el agradecimiento de la Administración de EEUU por la información brindada, confirmando que contra el grupo de involucrados se realizó una operación.
Wayne Smith, ex jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba, dijo al respecto: "El que no he oído nada sobre el particular no significa que ello no haya sucedido. Pues se trata de un asunto a que EEUU difícilmente quisiera dar publicidad".
Hoy día Wayne Smith es un firme luchador contra el bloqueo de Cuba.
Anteriormente, cuando el 30 de marzo de 1981 llegó la noticia de que se cometió un atentado contra Reagan, el Gobierno cubano dirigió un mensaje expresando condena a ese acto. Una bala de plomo calibre 22 se alojó en uno de los pulmones del presidente, causándole riesgos.
Ciertos medios noticiosos de EEUU señalan que la Administración Reagan no era muy agresiva para con Cuba.
Tal vez Reagan se sentía agradecido a Fidel por aquel mensaje con palabras de censura al atentando cometido contra él en 1981 y por la advertencia que le salvó la vida en un momento de mucho peligro. Quizás fue él quien agradeció a La Habana vía Robert C. Muller.