La toxina botulínica produce la liberación de acetilcolina (neurotransmisor encargado de provocar la contracción muscular) que cuando se encuentra con su receptor, no ejerce su acción y ocasiona el efecto contrario. Sus resultados son visibles pasadas las 48 horas de su aplicación y tienen una duración aproximada de seis meses.
Este novedoso descubrimiento es uno de los más populares en el campo de la estética, pero también en medicina, donde se utiliza para el tratamiento de la hiperhidrosis (trastorno dermatológico caracterizado por el exceso de sudor), o las distonias (afección neurológica que se presenta cuando el paciente padece movimientos involuntarios).
La primera aplicación de toxina botulínica se realizó en 1977 para corregir el estrabismo, una patología oftalmológica en la cual los músculos del globo ocular presentan hiperactividad
VENTAJAS:
Según publica la revista médica argentina Pro Salud, las inyecciones de toxina botulínica, además de permitir una apariencia más joven, fresca y saludable, son indoloras y pueden repetirse a voluntad, lo que ha determinado que aumente el número de hombres y mujeres que la usan.
La argentina Teresita Cravino, médica especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, asegura que si el uso de la toxina botulínica se descontinúa, la piel vuelve a su estado anterior sin sufrir consecuencias adversas; y que el inyectársela de manera periódica genera que los efectos del envejecimiento sean menos notorios.
TIPOS DE ARRUGAS:
Para Pro Salud habló también la doctora Mercedes Fontana, médica especialista en dermatología y dermoestética, quien informó que existen tres tipos de arrugas: las producidas por envejecimiento, las que aparecen por exceso de sol o cama solar y las que se desarrollan a causa de la contracción muscular mímica o de expresión.
Al referirse a las arrugas que surgen como fruto de las expresiones del rostro, la doctora Fontana dijo que por las características de los músculos faciales, las zonas ideales para este tratamiento con toxina botulínica son los tercios superior e inferior de la cara.
Los especialistas aclaran que esta sustancia no existe en cremas, ni rellena los surcos profundos. Por lo tanto, si esa fuera la voluntad del paciente será necesario aplicar, además de la toxina, relleno.