En el Congreso Nacional se está llevando a cabo una revisión del Código Procesal Penal con la intención de despenalizar el aborto bajo tres condicionantes:
1. Enfermedad que ponga en peligro la vida de la madre.
2. Violación o Incesto.
3. Malformación del embrión.
Esta iniciativa es promovida por algunas ONGs que tienen su sede en el extranjero y obtienen muchos recursos para lograr imponer sus argumentos a la mayoría de nuestra población.
Estas organizaciones intentan apoyarse en lo que ellos consideran incertidumbre del comienzo de la vida humana para justificar el aborto.
Afortunadamente, los más recientes avances de la Citología, de la Genética y de la Biología Molecular, han puesto de manifiesto que el comienzo de la vida humana ocurre en la concepción; es decir, cuando el óvulo de una mujer es fecundado por el espermatozoide de un hombre.
Cuando estas dos células se unen en la concepción, llevando cada una su mensaje genético dentro de 23 cromosomas, entonces comienza la vida de un nuevo ser humano con sus 46 cromosomas. Las instrucciones para el desarrollo de esta vida humana están escritas en su código genético o ADN.
Precisamente, el descubrimiento de este código genético, es considerado como uno de los más brillantes logros alcanzados por la ciencia moderna.
Pues bien, es justamente en la fecundación cuando se constituye este programa que inmediatamente pasa a ser ejecutado.
Ese programa único, original, y distinto de los programas del padre y de la madre, funcionará sin solución de continuidad desde ese momento hasta la muerte senil del individuo, dictando las órdenes para la constitución de órganos y la puesta en marcha de funciones según una precisa cronología.
Desde ese instante, ese nuevo ser humano ya tiene su sexo y grupo sanguíneo determinados. Es importante destacar que aunque permanecerá dentro de su madre alrededor de 9 meses, dicho sexo y grupo sanguíneo pueden ser diferentes al de ella.
También en ese momento de la concepción está determinado el color de los ojos y de la piel, así como otras características físicas, incluso hasta la posibilidad de algunas de las enfermedades que este nuevo ser humano pueda sufrir en el futuro.
La ciencia médica ha descrito que una criatura de cinco semanas de gestación presenta 106 componentes del sistema nervioso, 63 componentes del sistema circulatorio y 40 componentes de los sistemas digestivo y respiratorio. Además su corazón comienza a latir desde la tercera semana de gestación.
Por tanto, los datos embriológicos permiten afirmar que desde la fecundación existe un individuo de la especie humana por los siguientes fundamentos:
1.- Existe novedad biológica: nace un nuevo ser al fundirse los núcleos de las células germinales del padre y de la madre.
2.- Existe Unidad: se trata de una individualidad biológica. El genoma es el centro organizador que va haciendo que se den las sucesivas fases en esa novedad biológica de forma armónica.
3- Existe Continuidad: no ocurre ningún salto cualitativo desde la fecundación hasta la muerte. No puede decirse que en un momento es una cosa y más adelante otra diferente.
4.- Existe Autonomía: la información para dirigir esos procesos viene del embrión mismo, de su genoma. Desde el inicio, es el embrión quien pide a la madre lo que necesita, estableciéndose un "diálogo químico.
5.-Existe Especificidad: el embrión, analizando su cariotipo, desde el primer momento de su desarrollo pertenece a la especie homo sapiens.
Un gran número de eminentes personalidades y fuentes del campo de la medicina confirman que el embarazo comienza en la concepción, y que el aborto constituye la muerte de un niño o niña en el vientre de su madre, producida durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación hasta el momento previo al nacimiento.
Entre esas personalidades están: El Dr. Bruce Carlson, embriologo humano en USA, profesor de embriología humana y anatomía en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, autor del texto Embriología Humana y Biología del Desarrollo, usado como libro de texto en las escuelas médicas de los Estados Unidos y director de múltiples investigaciones en el área de embriología.
Por su parte, el Dr. Jerone Lejune, Padre de la genética moderna y decubridor del Síndrome de Down, ante la pregunta que le hicieron sobre el aborto en el Congreso Americano en el año 1981 dijo lo siguiente:
"Aceptar el hecho de que después de la fertilización un nuevo ser humano cobra vida, ya no es un motivo de pruebas u opiniones, es simple evidencia. No tengo duda alguna: abortar es matar a un ser humano, aunque el cadáver sea muy pequeño".
A pesar de que todos los médicos se forman bajo las mismas fuentes científicas en las universidades, los defensores del aborto han procurado cubrir la naturaleza criminal de este proceso mediante una terminología confusa o evasiva, ocultando el asesinato con términos como "interrupción voluntaria del embarazo" o bajo conceptos como "derecho a decidir" o "derecho a la salud reproductiva".
Ninguno de estos artificios del lenguaje, sin embargo, puede ocultar el hecho de que el aborto es un crimen abominable, que produce en la mujer serias complicaciones no solamente físicas sino también psicológicas, muchas veces irreparables. Todo esto se produce aún en centros médicos bien equipados de los países desarrollados.
En los casos que se alude peligro para la vida de la madre, llamado aborto terapéutico, debemos aclarar lo siguiente:
1- El término terapéutico es utilizado con el fin de confundir. En medicina este término significa curar y en este caso el aborto no cura absolutamente nada.
2- Actualmente, la ciencia médica garantiza que prácticamente no hay circunstancias en la cual se deba optar entre la vida de la madre o la del hijo. Ese conflicto pertenece a la historia de la medicina. El Congreso de Cirujanos del American College ha dicho que: todo el que hace un aborto terapéutico, o ignora los métodos modernos para tratar complicaciones de un embarazo, o no quiere tomarse el tiempo para usarlos.
3- El temido caso de los embarazos ectópicos o que progresan fuera del útero materno están siendo manejados médicamente cada vez con mayor facilidad.
4- Por otro lado, la ética médica señala que en el caso de complicaciones en el embarazo deben hacerse los esfuerzos proporcionados para salvar a madre e hijo y nunca tener como salida la muerte premeditada de uno de ellos.
En los casos de embarazos producto de una violación, alentar a la mujer a dar salida a su enojo desplazándolo en venganza contra su hijo, solamente produce impactos negativos y actitudes autodestructivas en su mente.
Además los casos de embarazos producto de una violación, son extremadamente raros, por varias razones:
1- La tasa de las disfunciones sexuales en los violadores es extremadamente alta. Alrededor del 50% según estudios en los Estados Unidos.
2- La total o temporal infertilidad de la víctima. La víctima puede ser naturalmente estéril; puede ser muy joven o muy vieja, puede estar ya embarazada o puede haber otras razones naturales.
3- Muchas víctimas están protegidas del embarazo por lo que se ha llamado stress de infertilidad; una forma de infertilidad temporal como reacción al stress extremo.
4- El ciclo menstrual, controlado por hormonas, es fácilmente distorsionado por un stress emocional y puede actuar demorando la ovulación; o si la mujer ya ha ovulado la menstruación puede ocurrir prematuramente.
5- En los Estados Unidos las estadísticas revelan que se registran solamente el 0.6% de embarazos en víctimas de violación.
Es obvio que el espantoso crimen de la violación es utilizado para sensibilizar al público en favor del aborto, al presentar al fruto inocente de una posible concepción brutal como un agresor. El aborto no va a quitar ningún dolor físico o psicológico producido en una violación. Al contrario, le va a agregar las complicaciones físicas y psíquicas que ya el aborto tiene de por sí. Por otro lado, el fruto de este acto violento es un niño inocente, que no carga para nada con la brutal decisión de su padre genético.
En los casos de abortos por algún defecto físico del niño o niña o sospecha del mismo:
1- Este principio, conocido como "aborto eugenésico" se basa en el falso postulado de que sólo "los sanos" son quienes deben establecer el criterio de valor de cuándo una vida vale o no. Con ese criterio, tendríamos motivo suficiente para matar a los minusválidos ya nacidos.
2- Por otro lado, científicamente, las pruebas prenatales no tienen seguridad del 100% para determinar malformaciones o defectos.
3- Por ejemplo, en el caso de la rubeola, se ha encontrado que sólo el 16.5% de los niños cuyas madres padecieron la infección por rubeola, podrían nacer con defectos. Quiere decir que el aborto por causa de la rubeola matará a 5 criaturas perfectamente sanas por cada bebé afectado.
Como vemos, una sociedad que ignora el valor de la vida del no nacido, entra en un engranaje mental que conduce al desprecio de la vida en su totalidad, a un progresivo menosprecio de la familia y a una grave inversión de la profesión médica, que de servidora de la vida se transforma en instrumento de muerte.
El crimen del aborto en los países en que se ha despenalizado, se ha transformado actualmente en un método anticonceptivo más y de fácil acceso en los consultorios privados y no privados, porque no existe condena de ningún tipo, ni siquiera en lo social.
Nuestra sociedad carece de suficiente y confiable información epidemiológica completa sobre la verdad en este tema y de la pérdida del Juramento Hipocrático de muchos médicos que como todo el mundo en nuestra sociedad, están sometidos a la publicidad y la propaganda.
Cuando un médico realiza un aborto, renuncia al carácter hipocrático de su profesión y empieza a ejercerla según las conveniencias del más fuerte o según la utilidad para sí mismo.
El médico que tiene semejante mutación se comporta como un mercenario cuyo sentido de la responsabilidad está particularmente pervertido.
Es por eso que para poder defenderse de las mentiras de los que promueven el aborto hay que conocer muy bien estos temas y reconocer que generalmente los medios de comunicación no informan en forma adecuada sobre temas vinculados a la vida y la familia.
La falta de conocimiento adecuado sobre el crimen del aborto y sus horribles consecuencias que conforman el Síndrome Post-Aborto es inaudita.
A todos nos incumbe el deber de dar a conocer la verdad una vez que se toma conocimiento de ella.
Los padres de familia son los primeros y principales educadores de sus hijos y tienen la grave responsabilidad de formarlos correctamente sobre el amor verdadero, la castidad y la sexualidad humana.
La falta de estas enseñanzas es el problema fundamental que conduce al aborto.
Debemos estar alertas, pues como podemos observar, todo anteproyecto o propuesta de ley para despenalizar el aborto, comporta una trampa que hay que ponerla en evidencia sin contemplaciones.
Los proyectos de legalización del aborto no son, en suma, nada más que la parte visible de un iceberg que oculta muchos peligros.
Evitemos que la Cultura de la Muerte se imponga en nuestro país.
Dr. Freddy Contín Ramírez
Médico-Pediatra
Por Colaboración , [20/09/2007]