Los nervios de la sociedad moderna, dependiente de la energía extraída de fósiles, comenzó a ver que su futuro se oscurecía luego de que evaluaciones científicas informaran que las reservas mundiales se agotarían en una cuatros generaciones más; una nueva fuente energética, el Hidrato de Gas, parece despejar ese panorama El hidrato de gas es un sólido cristalino, similar en apariencia al hielo, pero constituido por moleculas de gas rodeadas por una malla de moleculas de agua.
Dos ambientes en el mundo exhiben las condiciones para encontrarse hidratos en grandes cantidades: una es, bajo la capa de suelo congelada permanente en el Ártico, en condiciones de cierta presión, a unos cientos de metros de profundidad.
La otra, a temperaturas relativamente bajas; y en sedimentos marinos de los márgenes continentales, bajo condiciones de mayor presión, a profundidades de 1 a 4 km y a mayores temperaturas.
Un dato muestra el potencial, un metro cúbico de hidrato de gas puede liberar a 164 metros cúbicos de gas natural.
Todo indica que su aparición será más rápida que la “Era del Hidrógeno” y con un impacto mayor que los biocombustibles; su disponibilidad promete duplicar las reservas combinadas de carbón, petróleo y gas natural y extender sus dominios por dos mil años.
Científicos de todo el mundo han pronosticado que el hidrato de gas natural es el mejor substituto del petróleo y gas natural.
Todavía no se ha encontrado una manera de extraer este nuevo recurso energético de manera económica, pero varios países, como era de esperarse Estados Unidos, Japon, Rusia, China, India, Canadá y Noruega, entre otros, están realizando, llenos de expectativas, permanentemente investigaciones sobre los hidratos de gas.
Como se predice que a futuro las reservas de petróleo escasearán, las investigaciones sobre los hidratos de gas de metano representan un gran potencial económico para todos los países del mundo.
El impacto sería mayor para aquellos países que no tienen fuentes de energía tradicionales, como el petróleo, gas natural etc, pero sí tienen costas marítimas, cuya explotación en busca del nuevo recurso energético podría provocarles un vuelco en sus estructuras económicas.
Otra expectativa positiva se deriva de que el proceso de combustión de este producto, genera menos contaminación atmosférica, en comparación con los productos derivados del petróleo.
Expectativas mortales
Las investigaciones y mayor aún su explotación deberá realizarse con sumo cuidado. Un gran deslizamiento submarino puede provocar la salida de cerca de 5 gigatones de metano desde los fondos submarinos hasta la atmósfera, según estimaciones realizadas en el deslizamiento de Storegga, en Noruega.
Se colige que una decena de estos deslizamientos submarinos en varias zonas del planeta, pueden provocar el mismo efecto o aun mayor que el provocado por la emisión de CO2 durante todo el siglo XX.
Como "gas invernadero", el metano contenido en el aire es 10 veces mas efectivo que el dióxido de carbono para absorber la energía calorífica solar, y así provocar una mayor calentamiento de la temperatura del aire.
Este metano contenido en los fondos oceánicos en forma de "hidratos" es aproximadamente 3,000 veces el contenido en la atmósfera, por lo que la capacidad de los hidratos submarinos como potencial agente provocador del "efecto invernadero" es enorme.
La liberalización de gas con la consecuente bajada de densidad del agua del mar y del aire, puede provocar una repentina pérdida en la capacidad de flotabilidad de los buques, así como en el aire, por perdida de sustentación en los aviones. Algunos científicos especulan sobre que este proceso podría explicar el misterio del "Triangulo de las Bermudas", localizado en el Mar de los Sargazos, donde las producción biogénica de gas por descomposición de algas en el fondo marino es muy alta, y por tanto la cantidad de gas en el subsuelo, puede dar lugar a la sobresaturación y condiciones idóneas para la generación de gases hidratados
La desestabilización de los fondos marinos causados por la fusión de los gases hidratados pueden ser también responsable de los grandes "Tsunamis" que se generan en los océanos y que llegan a tener efectos devastadoras en las costas, como el que sucedió en el Golfo de Cádiz en 1755 y que arrasó ciudades como Lisboa y Cádiz.