A través de la televisión, de la radio, de afiches, cruza calles, del Internet y de forma personal; se motiva el consumo de productos lights, o bajos en calorías, recibiendo gran receptividad de parte de una sociedad que da tanta importancia al mantenimiento de la silueta y que desea alimentarse de forma sana.
Lo malo de esta especie de boom que han despertado los productos ligeros es que puede provocar una cierta confusión en el consumido, quien debe tener muy claro qué es exactamente un alimento light.
Los productos calificados como lights son bajos en calorías, porque han sido desgrasados o porque se les ha reducido una cantidad de azúcares. Es decir, han sufrido una reducción o sustitución de algunos de los componentes de los productos tradicionales para reducir su aporte calórico.
Pero hay que recordar que las grasas no sólo son necesarias para el organismo, sino que, además, dan sabor y consistencia a los alimentos. Por lo tanto, han de ser sustituidas por otras sustancias. Generalmente se utilizan con este objetivo aditivos y sucedáneos, entre ellos algunos edulcorantes no nutritivos, ya que dan sabor pero apenas aportan calorías.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS:
La principal ventaja de los productos lights es que ayudan a moderar el consumo de energía. Su principal inconveniente es que veces a cuentan con demasiados aditivos. Esta idea poco tiene que ver con la de alimento saludable que muchas veces se trata de asociar con los productos bajos en grasas.
Lo que es innegable es que estos productos contribuyen a llevar una alimentación más variada a aquellos que, por razones de estética, se ponen a dieta. Del mismo modo, permiten comer determinados alimentos a personas que, por problemas de salud, no podrían probarlos.
CONSUMO RESPONSABLE
Una norma a seguir por todos aquellos que recurran a estos alimentos es consumirlos de forma moderada, pues si se abusa de ellos confiando en no engordan al final se habrá ingerido la misma cantidad de grasas y azúcares que aportan los productos "normales". Además, es posible que aunque el alimento contenga menos cantidad de grasa que el no ligero, aún aporte demasiadas calorías.
Ante esta realidad, es importante leer con atención las etiquetas de los envases, para saber si verdaderamente se trata de un producto light, al comprobar cuáles de su componentes son ligeros, cuánta grasa llevan y de qué tipo es. A veces un alimento se califica como bajo en calorías debido a la disminución de uno solo de los nutrientes.
SU CALIDAD:
Respecto a la calidad de los alimentos hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, en los procesos industriales para obtener estos productos se pierden ciertos nutrientes, sobre todo aquellos que se relacionan con las grasas. Por esta razón con frecuencia, se añadan algunas vitaminas y minerales.
¿DE VERDAD SON LIGHT?
Uno de los mayores problemas que presentan los denominados productos lights es que no todos son lo que dicen ser. En muchas ocasiones aparece la calificación "light" en productos que no lo son. Según un acuerdo de la Comisión Interministerial para la Ordenación Alimentaria (CIOA) sólo se podrán denominar como light o ligero aquellos productos cuyo valor energético haya sufrido una reducción de al menos un 30% del producto de referencia que se determine.
Sin embargo, según un estudio realizado por la Unión de Consumidores de España (UCE), el grado de cumplimiento de este acuerdo es más bien desolador, porque se comprobó que sólo dos de los 14 productos que esta asociación examinó cumplían la normativa española de la CIOA sobre productos denominados ligeros.
Bebidas refrescantes, salsas de mesa como tomate o mayonesa, derivados cárnicos, platos preparados, conservas de pescado, mermeladas y productos lácteos (helados, mantequilla y queso) son los diferentes tipos de productos que ha examinado la UCE. En muchos de los casos estudiados el problema es, sencillamente, que se trata de un producto con una composición completamente distinta, pero bajo en calorías.
Otro truco más que habitual en la venta de productos lights es el de disminuir la ración de comida. El resultado es evidente: menos peso, menos calorías, pero más engaño.
LA EDAD MAS ADECUADA:
No es que exista una edad adecuada para el consumo de productos ligeros o lights, pero sí algunos momentos en la vida en los que no deberían ingerirse (al menos de manera habitual) este tipo de alimentos. Durante la infancia y adolescencia no son nada recomendables, ya que se está en pleno proceso de formación de los tejidos y son necesarios todos los nutrientes de los alimentos. Además, durante ambas épocas el consumo calórico es muy alto. Por razones radicalmente opuestas los ancianos tampoco deben tomar ligeros porque se hacen necesarios los consumos naturales para suplir las deficiencias causadas por la edad.
En conclusión, no se puede decir que el consumo de productos lights sea ni bueno ni malo; simplemente hay que tener cuidado de lo que se come, leer las etiquetas con atención y, por supuesto, no dejar de ingerir productos naturales. Lo mejor es tratar de combinar de una manera lógica ambos tipos de alimentos.