SANTO DOMINGO, 29 sep (IPS) – Una protesta nacional convocada para el martes 2 de octubre por organizaciones sociales dominicanas pretende paralizar este país por 24 horas para que el gobierno liberal de Leonel Fernández acoja reclamos salariales, de reforma agraria y de reducción de impuestos a los combustibles.
El Foro Social Alternativo, que agrupa a 256 organizaciones sociales, sindicales, campesinas, profesionales y de transporte, llama a la huelga en demanda de aumento general de salarios para empleados públicos civiles y militares y la suspensión de la política de desalojo de terrenos ocupados por campesinos y familias pobres.
Los organizadores apuestan a que el llamado se cumplirá "de manera exitosa" en todo el territorio nacional, dado el apoyo recogido por diferentes grupos del país y los intensos trabajos de contacto para integrarlos.
"Todos los preparativos marchan como los hemos programado, no tenemos la menor duda de que el paro será total en el país", dijo a IPS Fidel Santana, coordinador del Frente Amplio de Lucha Popular y uno de los portavoces del Foro Social Alternativo. "Se trata de un paro cívico, sólo queremos que la gente se quede en sus casas", dijo.
La movilización también incluye un reclamo de reforma agraria integral, con distribución de tierras y créditos para la población rural, y la reforma de la Ley de Hidrocarburos, que permite al gobierno recolectar en impuestos hasta 73 por ciento del precio de venta de cada galón (3,8 litros) de gasolina.
La gasolina de mejor calidad se expende a 156,40 pesos (unos cinco dólares) y la regular a 146,8 (alrededor de 4,5 dólares) por galón.
"Si se aplica una reducción de 50 por ciento del impuesto que el gobierno cobra por las gasolinas, eso abarataría los precios de todos los productos del mercado, sobre todo los de la canasta básica (arroz, carne, fríjoles, pan y aceite) y redundaría en mejor vida para los dominicanos", dijo a IPS Víctor Gerónimo, del Colectivo de Organizaciones Populares, integrante del Foro Social Alternativo.
Para Gerónimo, el paro constituye "un llamado al gobierno para que oiga el sentir de la gente y se anime a buscar soluciones a los problemas".
Esta es la segunda convocatoria a detener el país que realiza en los últimos tres meses el Foro Social Alternativo. El 9 de julio se llevó a cabo el primero, con un resultado de una persona muerta por efecto de una bomba casera y cinco heridos.
Para esta ocasión, pese a que los organizadores hablan de paro pacífico, los cuerpos militares y policiales advierten que no permitirán alteraciones del orden público.
El secretario (ministro) de la Fuerzas Armadas, Ramón Aquino García, llamó a que la protesta se desarrollara "de forma pacífica, que no perturbe a la ciudadanía, que le den derecho a la libertad de movimiento a todo el mundo".
De lo contrario "tendrán que vérselas con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional", agregó. Esta última anunció la semana pasada que pondría en las calles, en caso de necesidad, cuatro camiones cisternas antimotines.
Esos vehículos arrojan tinta, agua fétida y productos químicos para neutralizar a los manifestantes. Según explicó la jefatura de la policía, con su uso se busca evitar que los agentes disparen armas de fuego a la manifestación.
A las demandas de julio el gobierno prestó oídos sordos, aun cuando los organizadores se mostraron dispuestos a dialogar. Ahora la situación parece la misma, y "el gobierno no tiene intención de diálogo. Eso es lo que han demostrado", sostuvo Santana.
Mientras, la convocatoria encuentra resistencia en algunas voces que entienden inadecuado el método de lucha. Así lo consideró el obispo emérito de Barahona, Fabio Mamerto Rivas, que incluso lo calificó de "disparate".
El religioso católico sugirió adoptar métodos que arrojen mejores resultados, pues con técnicas tradicionales de nada sirve llamar a la población a suspender las labores, dijo.
El paro de julio se cumplió de manera parcial. A medida que el día avanzaba aumentó el flujo de personas desplazándose por las calles e integrándose a diferentes actividades. Los transportistas no sumaron fuerzas y sus unidades se desplazaban como cualquier otro día.
Esta vez, el transporte ha anunciado su adhesión a la protesta, lo que augura una inmovilización mucho más amplia en todas las labores, tanto públicas como privadas.
"La idea es paralizar el país en su totalidad y que el gobierno obtempere", señaló Gerónimo. (FIN/2007)