Una especialista agrícola planteó la necesidad de impulsar en gran escala la agricultura orgánica con el objetivo de satisfacer la gran demanda que se registra en los mercados internacionales, fundamentalmente en países desarrollados. La doctora Andrea Brechelt, de la Fundación Agricultura y Medio Ambiente, explicó que solamente una integración hacia las condiciones naturales va ha permitir una producción estable, ecológicamente sana, económicamente rentable y sostenible, y agregó que en ese contexto el consumidor ha empezado a reclamar productos sanos, mientras el productor reclama más seguridad y los ecologistas demandan la protección del medio ambiente.
En tanto, el ingeniero Paíno Abreu Collado, administrador del Banco Agrícola, dijo que la institución está en disposición de facilitar a los productores los financiamientos que requieran para el desarrollo de la agricultura orgánica dirigida a los mercados nacionales e internacionales.
Expresó que el Bagrícola ha venido facilitando recursos a los agricultores que se dedican a la producción de cacao y guineo orgánicos, entre otros, con fines de exportación. Recordó que el país es el principal exportador de alimentos orgánicos al Continente Europeo.
Al pronunciar una conferencia a técnicos y ejecutivos del Banco Agrícola, Brechelt sostuvo que la agricultura orgánica es una visión sistémica de la producción agrícola que usa como guía los procesos naturales para incrementar la producción.
Refirió que la agricultura orgánica es la manera por medio de la cual el hombre puede practicar el agro acercándose en lo posible a los procesos que ocurren espontáneamente en la naturaleza. Ese acercamiento presupone el uso adecuado de los recursos naturales.
La especialista alemán entiende que en la agricultura convencional el cultivo se alimenta mediante fertilizantes químicos y compuestos hormonales sintéticos que aplicados al follaje o al suelo van a ser absorbidos inmediatamente.
Indicó que esos aportes solamente sustituyen los nutrientes sacados por las cosechas y no mejoran las condiciones del suelo a largo plazo, y señaló que los insectos, enfermedades y hierbas se pueden controlar también utilizando productos biológicos en lugar de plaguicidas sintéticos, tales como insecticidas, fungicidas y herbicidas.
Brechelt afirmó que en la agricultura orgánica se propone, tanto para el mantenimiento de la vida del suelo, como para el manejo de plagas y enfermedades, la conservación del principio de la biodiversidad a través de la implementación de agrosistemas altamente diversificados.
Expresó que en la práctica esto significa el uso de plantas compañeras o repelentes, la asociación y rotación de cultivos, el uso y fortalecimiento de insectos benéficos, entomopatógenos, hongos antagnistas, insecticidas y fungicidas de origen botánico, permitiendo la utilización de algunos elementos químicos como azufre, cobre y cal que contribuyen a conservar el equilibrio ecológico manteniendo la actividad biológica.
Manifestó que las malezas se controlan con una preparación adecuada de suelos, siembras oportunas y con labores culturales.
Precisó que el aumento de la producción agrícola y especialmente de monocultivos ha creado un aumento extraordinario de insectos, plagas y enfermedades que se han hecho fuertes en ese cultivo.