SANTO DOMINGO.- El renunciante director ejecutivo de la Comisión de Ética y Combate a la Corrupción, licenciado Pedro Durán Bello, declaró que su decisión de renunciar al cargo se debió a su desacuerdo con la estructura inoperante y anacrónica de esa entidad y a su convencimiento de que falta visión y voluntad del más alto nivel para enfrentar la mayoría de las denuncias públicas sobre contratos ilegítimos e ilegales en la administración pública.
Durán Bello dijo que en la Comisión de Ética ha prevalecido el criterio de que esta entidad no tiene facultad para investigar o someter a la justicia a los corruptos, “como justificación para no hacer nada, cuando es de todos sabido que dentro del organismo existen los mecanismos del Ministerio Público y la Contraloría General de la República para hacer viable la lucha contra la corrupción”.
También señaló entre las razones de su renuncia “el hecho de que siendo la Comisión de Ética la encargada de implementar y monitorear un Plan de Ética, Prevención y Sanción de la Corrupción, que tiene como uno de sus pilares la “profesionalización del servidor publico” y la entrada por “meritos y concursos de los empleados públicos”; fuera esta quien nombrara un grupo de personas cuyo merito es ser vinculado al propio doctor Bidó Medina y a otros altos funcionarios públicos”.
Fueron estas y otras razones las que motivaron nuestra renuncia y no lo expresado por el Doctor Bidó Medina, manifestó el joven profesional del derecho a rechazar la acusación de haber falsificado la firma del presidente de la Comisión de Ética y Combate a la Corrupción.
Calificó como descabellada y risible la afirmación del doctor José Joaquín Bidó Medina en el sentido de que había falsificado su firma para tramitar una solicitud rutinaria de acreditación y visado para hacer un viaje oficial a Europa.
“Es claro que en nuestra condición de Director Ejecutivo no preparábamos la documentación de los viajes oficiales al extranjero, sino que eran preparadas y remitidas para la firma del Dr. Bido por asistentes y secretarias nombradas por él y de su confianza. No es ocioso apuntar que las veces que asistimos a viajes oficiales retornábamos los fondos que nos eran asignados como viáticos y no utilizábamos.
Emplazó al doctor Bidó Medina a que demuestre en cualquier instancia que falsificó, escaneó, utilizó o se benefició de su firma o de cualquier otro recurso perteneciente al Estado Dominicano y le reclamó a retractarse públicamente de sus declaraciones si éstas fueron producto de desconocimiento, emotividad o irreflexión.
“Lamentamos que esta situación sea un tema del dominio público y que afecte a una institución, en la que como institución, creemos, y a un Plan de Ética, del cual fuimos actores de primer orden. Igualmente, hacemos reconocimiento a los miembros de la CNECC que nos han manifestado su apoyo y pesar por unas desafortunadas, difamatorias y unilaterales declaraciones que no suscriben y menos le fueron consultadas”, apuntó Durán Bello.
Dijo que “como profesional sabemos que estamos expuestos y dispuestos a que se nos cuestione en base al trabajo y la capacidad, pero no es tolerable que ninguna persona, por mucha percepción social de integridad y seriedad que exista de ella, cuestione desviadamente y por razones de oportunidad política, de las cuales somos ajenos, nuestra integridad y dignidad, más aún cuando hemos tenido buenos ejemplos de seriedad y verticalidad en nuestro seno familiar, los cuales hemos practicado toda nuestra vida”.
Sostuvo que su trabajo en la Comisión de Ética “era más una manifestación de vocación social y de esperanza de que algún día podamos tener un país sin corruptos, sin clientelismo y sin doble moral o discurso”.
A explicar las razones de su renuncia, Durán Bello resaltó su oposición a que se continuara con la actual estructura de la CNECC, inoperante y anacrónica, por en la cual existe un Consejo Rector, sólo conformado por funcionarios públicos, y único con poder de decisión, y una Unidad Técnica conformada por 4 funcionarios y 4 miembros de la sociedad civil, con atribuciones meramente formales y sin poder para la toma de decisiones.
Dijo que “cuando presentamos la propuesta de crear un sólo órgano, en el cual participaran en la toma de decisiones ambos organismos, a fin de darle a la CNECC mayor legitimidad, el Dr. Bidó Medina en acto de sorprendente autoritarismo amenazó con renunciar. Posteriormente sólo aceptó la propuesta pírrica, a nuestro entender, de integrar al Consejo Rector dos miembros de la sociedad civil”.
Durán Bello explicó que su llegada al cargo de Director Ejecutivo de la CNECC, en marzo del 2006, no respondió a razones políticas, sino al merito de haber sido uno de los consultores especializados en el tema anticorrupción, asignado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y por la Agencia Internacional para el Desarrollo de los Estados Unidos (USAID), en la creación de la CNECC y su Plan Estratégico; y por reconocimiento de la propia Comisión, ya que fuimos el único consultor, que de forma gratuita la asesoró cuando ya dichos organismos habían retirado su apoyo, a raíz de la renuncia del Lic. Gustavo Montalvo, hombre integro y vertical, quien al igual que nosotros también renunció, en su momento, al no estar convencido de la existencia de una real voluntad política de combatir la corrupción”.
“Es conocido por las entidades públicas, por la sociedad civil y por los organismos de cooperación internacional, que durante nuestro desempeño como Director Ejecutivo de la CNECC, fuimos artífice de casi todas las iniciativas legales y reglamentarias que buscan adecentar la administración publica, entre las cuales podemos citar: la articulación del Plan de la CNECC, armonización del Decreto de Compras y Contrataciones, Decreto de declaración jurada de bienes, reglamento de aplicación de Código de Ética, decreto que crea la nueva DPCA, plan de socialización de la Ley de Acceso a la Información Publica, entre otras”, subrayó Durán Bello.///