Una cuarta parte de los diabéticos deben enfrentarse a molestos dolores en brazos y piernas que llegan sin razón aparente, entre 25 y 50 de cada 100 personas mayores de 50 años padece de dolores en los nervios tras haber sido víctimas del virus del herpes zoster, una de cada cinco personas que deben someterse a una cirugía para eliminar sus mamas por un cáncer también sufre dolores inexplicables y lo mismo le ocurre a 7 por ciento de las personas que reportan dolores en la espalda baja o lumbago.
Cuando una persona siente dolor, usualmente se puede identificar una lesión o herida en el cuerpo que origina este dolor. Conforme la herida va sanando y los tejidos se van regenerando el dolor comienza a desaparecer y cuando se elimina la causa se elimina el dolor.
Desafortunadamente algunas personas sufren de dolores prolongados que no son relacionados a una lesión y que no desparecen con el tiempo. En los consultorios de los especialistas, una de cada cuatro consultas relacionadas con algún dolor tiene su origen en un daño en el tejido nervioso. Estas personas sufren de dolor neuropático que es un dolor anormal que perdura tras una herida o lesión en el cuerpo.
El grado de este dolor puede ser leve, moderado o severo y puede llegar a ser incapacitante. Al contrario de la sensación del dolor común que generalmente alerta al cuerpo de una lesión, este dolor no cumple ningún papel biológico de proteger al cuerpo, sino que más bien refleja una enfermedad del sistema nervioso.
El sistema nervioso está compuesto por nervios que son como “cables eléctricos” en el organismo que ayudan a percibir la información interna y externa al cuerpo como el frío, la inflamación, el dolor, etc. Su función es alertar al cerebro de estos estímulos y producir una reacción como gritar, apartarse de la situación, llorar o brincar.
En el dolor neuropático son estos nervios los que están dañados y por lo tanto producen un dolor persistente a pesar de que no necesariamente hay una lesión en el cuerpo. El dolor neuropático también puede ser causado por una lesión cerebral o en la médula espinal que produce dolores crónicos en otras partes del cuerpo. Muchas personas con HIV/ SIDA, cáncer, diabetes o herpes zoster también desarrollan dolor neuropático.
Este molesto dolor puede ser muy difícil de describir ya que las molestias varían en cada persona. En general quienes sufren de este tipo de dolor lo describen como un impulso “eléctrico” que se dispara, produciendo ardor o quemazón y a veces lo acompaña una sensación de adormecimiento, cosquilleo u hormigueo. Simples roces en la piel pueden desencadenar sensaciones insoportables. El dolor neuropático es uno de los dolores más intensos y severos que una persona puede sentir y usualmente no mejora con los medicamentos que normalmente se usan para combatir el dolor como los analgésicos y antiinflamatorios.
Por tal motivo se hace necesario darle al paciente un tratamiento que trabaje directamente sobre el tejido nervioso dañado o de lo contrario, la enfermedad será frustrante también para los médicos ya que no sólo es difícil de diagnosticar, sino que suele ser tratada con una combinación de medicamentos.
Afortunadamente existen medicamentos específicamente diseñados para aliviar el dolor causado por los nervios como la pregabalina, comercializada con el nombre de Lyrica, que es una opción capaz de controlar ese molesto dolor pues normaliza la función de los nervios. El uso de Lyrica está respaldado por los resultados de 10 estudios clínicos en los cuales participaron 9 mil pacientes de 10 países.
El tratamiento con Lyrica o cualquier otro medicamento de su clase debe ser prescrito y manejado por un médico especialista en combinación con otras recomendaciones clínicas como mantener una rutina sana incluyendo ejercicio y una dieta balanceada.
Las personas que padecen dolores inexplicables que constantemente le molestan y no consigue alivio deben consultar con su médico para recibir la ayuda adecuada. Millones de personas en Europa y Estados Unidos padecen de dolor neuropático y con la ayuda y el tratamiento adecuado logran sentirse mejor.
Si desea ampliar esta información no dude en comunicarse con Mónica Solórzano, Coordinadora de Relaciones Públicas de Pfizer Centroamérica y República Dominicana a los teléfonos 506 395 8141 o al 506 209 3104 o al correo [email protected]