Buenos Aires (PL).- La posibilidad de que una mujer se convierta en la primera jefe de Estado de Argentina, elegida por el voto directo de los ciudadanos, cada día está más cerca.
Casi todas las encuestas no sólo sitúan a la candidata presidencial del gobierno, la senadora Cristina Fernández, como favorita para ganar las elecciones generales del próximo 28 de octubre, sino también ubican en segundo lugar a otra postulante femenina, la socialcristiana Elisa Carrió.
Historiadores precisan que María Estela Martínez, alias Isabelita, fue la primera mujer al mando de un país latinoamericano, entre 1974 y 1976, tras suceder a su esposo Juan Domingo Perón.
Fue depuesta por la junta militar encabezada por Jorge Rafael Videla, dando origen al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional que, según organizaciones humanitarias, dejó en Argentina a más de 30 mil ejecutados.
Actualmente Fernández, abanderada del gubernamental Frente para la Victoria, está favorecida por una intención de voto que oscila entre el 40 y el 50 por ciento en la mayoría de los sondeos de las empresas consultoras.
Carrió figura después con cerca de 15 por ciento de adhesión, lejos aún de darle batalla a la primera dama, que necesita más de un 45 por ciento o al menos un 40, con diferencia de 10 puntos sobre el segundo, para evitar otra ronda de comicios.
Luego aparece Roberto Lavagna, de la coalición Concertación para Una Nación Avanzada (UNA), con el 11.
Un poco más atrás afloran los candidatos Ricardo López Murphy, de la derecha tradicional, y el peronista Alberto Rodríguez Saá, con guarismos que oscilan entre cuatro y cinco puntos porcentuales.
Más allá que Fernández podría suceder en el poder a su esposo Néstor Kirchner, quien gobierna desde 2003, en nueve países de Latinoamérica existen cláusulas constitucionales de inhabilidad por parentesco.
Una reciente investigación de la Fundación Bicentenario revela que, en la mitad de los 24 distritos de Argentina, también hay disposiciones que prohíben a un cónyuge suceder inmediatamente al otro en el ejercicio del poder.
De esta manera, las prohibiciones expresas para los puestos de gobernador, vicegobernador y ministro están presentes en las constituciones de Chubut, Córdoba, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, San Luis y Tierra del Fuego.
El estudio puntualiza además que la sucesión en el poder entre esposos no está contemplada en las constituciones que rigen en Brasil, Bolivia, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Además de Argentina, los únicos países de la región cuyas Cartas Magnas no poseen cláusulas de inhabilidad por parentesco son Uruguay, Chile, México y Perú.
En el caso de Venezuela, de acuerdo con la indagación, la prohibición impide que los cónyuges ocupen la presidencia y vicepresidencia de un mismo gobierno.
Respecto a Brasil, el artículo 14 de su Carta Magna dice que son "inelegibles en el territorio de jurisdicción del titular, el cónyuge y los parientes consanguíneos o afines (hasta el segundo grado o por adopción) del presidente de la República, del gobernador del Estado, del territorio, del distrito federal o alcalde".
En Bolivia, el artículo 89 de su Constitución señala que no pueden ser elegidos presidente ni vicepresidente "los parientes consanguíneos y afines dentro del segundo grado de quienes se hallaren en ejercicio de la presidencia o vicepresidencia de la república durante el último año anterior a la elección".
Al analizar los motivos de las limitaciones por parentesco, el trabajo de la Fundación argumenta que surgieron con el fin de "combatir el nepotismo, como una forma de respetar la igualdad ante la ley y la alternancia en el poder".
Consultado al respecto por el diario La Nación, el conocido abogado Alberto García Lema consideró innecesario y complicado incorporar una prohibición semejante en la Carta Magna argentina.
Sentenció que por encima de todo eso se ubica la igualdad de "hombres y mujeres en plenitud de derechos".
*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.