MOCA.- Antropólogos del Museo del Hombre Dominicano analizan, desde la semana pasada, osamentas de 20 cuerpos halladas al lado de la iglesia Nuestra señora del Rosario, de esta ciudad y que se presumen pertenecen a católicos sepultados hace muchos años en el lugar. El descubrimiento de los despojos humanos se produjo cuando obreros que laboran en la construcción de una plaza pública en ese lugar, cavaban una zanja para levantar unas columnas de concreto, prácticamente destrozando los huesos de cinco de los sepultados, con los equipos que utilizaban.
Esta mañana, el ingeniero Félix Suazo, quien labora en la edificación de la Plaza Duarte, dijo que los técnicos del Museo del Hombre Dominicano que ubicaron los restos humanos le informaron que allí fueron sepultadas por lo menos 27 personas, todas con los brazos entrecruzados sobre sus pechos, lo que hace presumir que eran cristianos.
Las primeras osamentas fueron ubicadas en una línea este-oeste de la construcción de la plaza, donde se detectaron cinco y, al seguir las excavaciones, hallaron igual cantidad en otro lugar, por lo que resolvieron solicitar la presencia de los antropólogos, quienes llegaron días después y concluyeron el trabajo de ubicación la semana pasada.
“Esos obreros, que desconocían completamente que se trataba de huesos humanos y de la importancia histórica del hallazgo, siguieron cavando la zanja de un metro por un metro y trituraron las osamentas y nos dimos cuenta cuando nos disponíamos a vaciar allí el concreto para las columnas”, dijo el ingeniero Suazo
Los antropólogos que fueron enviados a esta ciudad, encabezados por el presidente del Museo del Hombre Dominicano, Marcio Veloz Magiolo y quien se hizo acompañar de Juan Rodríguez, recopilaron algunas muestras y se las llevaron a la ciudad capital, con el propósito de determinar los orígenes de las osamentas, procediendo a suspender los trabajos en las zanjas, las que esta mañana se encontraban llenas de agua, producto de las lluvias registradas en los últimos días aquí.
Para determinar la cantidad de personas que fueron enterradas en el sitio, los expertos realizaron excavaciones hacia los cuatro puntos cardinales, en forma de cruz, las que se encuentran debidamente protegidas, a fin de que los obreros no continúen dañando los huesos ubicados.
El ingeniero Suazo aclaró que en ningún momento los trabajos de edificación de la plaza pública han sido suspendidos, como consecuencia de la aparición de las osamentas, sino que ahora trabajan en otra área de la misma, a la espera de que los antropólogos retiren los huesos del lugar donde los encontraron.
En el sitio laboran 20 personas desde hace tres meses y se espera concluir el parque en enero próximo. La obra es responsabilidad del ingeniero Lennin Herrera, mientras que Suazo labora en su condición de ingeniero residente.