La biofortificación de productos agrícolas como el arroz, maíz, habichuela, yuca y batata en América Latina y el Caribe, podría mejorar de manera sorprendente los niveles nutricionales de más de 90 millones de personas que dependen, casi exclusivamente, de estos cultivos para su alimentación diaria.
Mediante la biofortificación se puede elevar genéticamente la proporción de nutrientes en un cultivo, como por ejemplo, elevar el contenido de hierro y zinc en variedades comerciales de arroz y la proporción de aminoacidos esenciales en el grano de maíz, entre otros.
La planta de arroz produce β-caroteno (provitamina A) en los tejidos verdes pero no en el endospermo (parte comible del grano). Todos los genes para producir la provitamina A están presentes en el grano; sin embargo, no están activos durante la etapa del desarrollo. La falta de β-caroteno se manifiesta en una marcada incidencia de seguera, susceptibilidad a enfermedades y muerte prematura de niños. El doctor Ingo Potrikus desarrolló el Golden Rice, arroz con la capacidad de suplir las necesidades de β-caroteno del consumidor (www.goldenrice.org).
Estudios muy recientes realizados en una congregación religiosa de Filipinas, establecieron que las que consumieron arroz biofortificado con hierro presentaron un nivel de desarrollo de 3.21 mg/kg/fe, o ferritina, contra 0.57 mg/kg/fe de quienes se alimentaron con arroz convencional.
Otros estudios del Centro de Investigación de Agricultura Tropical (CIAT) establecen que por cada dólar que se invierte en la fortificación de frijoles con zinc en Nicaragua, hay un beneficio de 120 dólares en mejoramiento de la salud de los habitantes por el consumo de este mineral.
En una medición con varios cultivos biofortificados se estableció que el perfil nutricional podría mejorar entre 12-48 por ciento de la dieta de países como Guatemala.
En contraposición a estos resultados, se determinó que los ancianos, niños y mujeres embarazadas de regiones en América Latina y El Caribe que dependen del arroz tradicional, como principal fuente de caloría presentan serios problemas nutricionales.
Las investigaciones realizadas en estas regiones establecen que las estrategias para combatir la mal nutrición no han dado los resultados esperados.
Entre los objetivos del CIAT es evitar el impacto económico de las intervenciones en salud, mediante el incremento de los índices de los años saludables de la sociedad, gracias a la biofortifición de los cultivos.
Esta informaciones fueron ofrecidas por el Dr. César Martínez Pompilio del Proyecto Agrobiodiversidad y Biotecnología del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) con sede en Cali, Colombia en su conferencia “Arroz Biofortificado: Nueva Perspectiva para Combatir el Hambre Oculta” ofrecida en la sede del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF) el miércoles 3 de octubre.
El doctor Martínez se encuentra en el país dando seguimiento al proyecto de biofortificación de arroz que ejecuta el IDIAF con el apoyo del CIAT y la Agencia Internacional de Cooperación de Canadá (CIDA).
El objetivo del proyecto de biofortificación es elevar el contenido de hierro y zinc a las variedades locales de arroz con la finalidad de contribuir a incrementar la calidad alimenticia del arroz consumido por los dominicanos.
Esta conferencia sobre biofortificación puede ser visualizada en: http://www.idiaf.org.do/administrador/conferencias/deconf.php?recordID=27 .
Fotografía de Golden Rice