Puerto Príncipe, 15 oct (PL) Aunque aún incompletas, las estadísticas de muertes en Haití por inundaciones debido a intensas lluvias la semana pasada resultan hoy pavorosas: 47 víctimas fatales y enormes daños materiales.
Los deslaves, inundaciones relámpago y riadas se ensañaron con la región montañosa de Cabaret, 19 kilómetros al norte de esta capital, donde la población entierra hoy a sus muertos en sarcófagos improvisados.
La desolación es visible en el área, donde se han contado más de tres decenas de cadáveres, los más recientes dos encontrados en el lodo, además de cultivos arrasados y viviendas destruidas por la insistencia y fortaleza de las precipitaciones.
Una vaguada que se estacionó sobre parte del Caribe la semana última y que trajo las lluvias ocasionó también severos daños en Jamaica y Cuba, la Mayor de las Antillas, donde no se han reportado víctimas fatales, pero sí gran número de evacuados y pérdidas materiales.
La deforestación, iniciada con la conquista española en el siglo XV y continuada por la pobreza de los habitantes, que utilizan la madera para cocinar, aumentó la fuerza destructiva de las aguas, acorde con criterios convergentes.
Por lo menos 20 mil personas han quedado sin viviendas y aún está por cuantificar la cantidad de cosechas y animales domésticos perdidos en la catástrofe natural, impulsada también por el cambio climático, según especialistas.
Un cálculo más certero de los daños tendrá que esperar por el descenso de las aguas ya que varias zonas permanecen aisladas.
Otras áreas de este pequeño país insular país también fueron asoladas por las lluvias.
Sin embargo, la pesadilla no terminó con la salida del sol ya que las aguas desmoronaron las precarias paredes de contención en las zonas montañosas, lo que deja a los vecinos a merced de nuevos fenómenos similares en el futuro inmediato.