Como pago a los servicios prestados durante la campaña electoral del 2004, al señor Félix Cabrera el presidente Leonel Fernández acaba de regalarle un hotel en Jarabacoa.
Si el hotel Montaña fuera propiedad del presidente Fernández no habría problema. Cada quien hace con lo suyo lo que mejor le parezca. Pero el hotel Montaña no era propiedad del jefe del Estado, sino de la República Dominicana, patrimonio del pueblo dominicano.
Sin ninguna explicación, sin que se produjera un concurso, al señor Cabrera simplemente le regalaron un hotel turístico. Nada más, nada menos.
Al señor Cabrera le “arrendaron” el hotel Montaña por un periodo de 35 años por dos mil dólares mensuales, poco más de 60 mil pesos, pero con una gracia de 10 años. Significa, por si no se entiende bien, que no pagará un centavo durante esos diez años.
Comenzará a pagar los dos mil dólares en el 2018.
Durante esos diez años el arrendatario tiene libertad absoluta. Podrá sub-arrendar, alquilar a terceros el hotel con sus casinos, discotecas, bares, etc., sin que el Estado reciba beneficio alguno. De ñapa, estará exonerado del pago de impuestos durante las remodelaciones que se realicen.
Con este maravilloso premio se violan todos los procedimientos legales y todos los valores éticos sobre los que se crea y fundamenta toda sociedad organizada.
Félix Cabrera es un dominican-york conocido originalmente por sus negocios en el mundo del arte popular. Durante la campaña electoral del año 2004 trabajó arduamente a favor del hoy presidente Leonel Fernández. En los últimos días de la campaña electoral se hospedó en una lujosa habitación del hotel El Embajador. Sus operaciones de esos días son ampliamente conocidas por las autoridades del gobierno pasado que inexplicablemente no actuaron. (¿?)
El apoyo al candidato, hoy Presidente de la República, fue sustancioso y no tan incondicional, si tomamos en cuenta la entrega de un hotel del Estado. (Hasta el momento se ignora si el señor Cabrera ha recibido otros estímulos por sus trabajos de campaña electoral)
La reciente gira de 14 días del presidente Leonel Fernández por Estados Unidos, donde se gastó una verdadera fortuna contratando artistas populares, contó con la participación bien activa del señor Cabrera.
Las actividades artísticas reeleccionistas según tengo entendido fueron organizadas en gran medida por el empresario dominican-york. Como puede verse, los vínculos del señor Cabrera son del más alto nivel.
Siendo así, no debe sorprendernos que el gobierno le haya regalado el Hotel Montaña.
Pero no debe ser sorpresa. ¿Qué hizo el presidente Fernández con las principales empresas del Estado tan pronto llegó al poder en el año 1996? ¿Lo olvidaron? ¿Olvidaron que prácticamente todas las empresas del Estado fueron regaladas al gran capital nacional y extranjero?
Lo que se inició en este país a partir de 1996 fue un saqueo, una expropiación de las riquezas nacionales que jamás podremos recuperar.
La llamada “capitalización” de las empresas públicas bajo el alegato de que eran deficitarias no fue más que maniobra sucia para despojar a los dominicanos de un patrimonio heredado tras la muerte de Trujillo, un patrimonio que nos costó mucho sufrimiento y mucho dolor. Por ese patrimonio el pueblo pagó muchos muertos.
Y ahora, años después, esos mismos que nos quitaron esa inmensa fortuna admiten que la privatización de las empresas públicas fue un fracaso, un error. Ahora Temístocles Montás reconoce que la privatización de la Corporación Dominicana de Electricidad fue un error. Si un error que este pueblo está pagado con más apagones y con una tarifa eléctrica cada vez más alta.
Esta es la hora y el día en que nadie sabe a ciencia cierta dónde está el dinero que pagaron los que adquirieron la Corporación Dominicana de Electricidad, ni en que se invirtió.
El Consejo Estatal del Azúcar, Molinos Dominicanos y muchas otras empresas vitales para el desarrollo nacional fueron “vendidas” a precio vil.
Durante este gobierno a una familia de oligarcas, tal vez una de las familias más adineradas de América Latina, con castillos en Italia, este gobierno le regaló, por los siglos de los siglos, medio millón de metros cuadrados en el Puerto de Santo Domingo.
El proceso de capitalización o privatización sólo sirvió para hacer más ricos a los ricos, y para hacer más pobres a los pobres. También sirvió para hacer ricos a los que eran pobres en el PLD, a los que entraron en chancletas al gobierno y salieron en jeepetas ricos y poderos.
El progreso prometido sólo llegó para los que llegaron al poder con la ayuda de personeros como Félix Cabrera, a quien acaban de regalarle un hotel por sus aportes de campaña.