SANTO DOMINGO.-La obra que marcará indiscutiblemente el antes y el despues en la ingenieria dominicana, lo es "El Metro de Santo Domingo duramente crticada quizás hasta llegar al ridiculo por quienes todo lo politizan cuando no es que todo lo envidian.
Es indiscutiblemente la obra de un Presidente, como fué en su momento el Faro para Balaguer, o la Feria de la Paz para el tirano Trujillo.
Anhelar que un país, y más cuando ese país es el de uno, y se es el Presidente de la nación por demás, progrese, es el deseo que debemos de albergar todos los dominicanos, y el Metro es un adelanto, un comienzo, el principio de lo que habrá necesa riamente de ser continuado para poder poner el transporte no solamente de pasajeros, sino de productos del campo a la ciu dad a tiempo y precios relativamente razonables.
Ahora el Metro es malo, como antes lo fueron otras obras, ya veremos luego cuando funcione que no lo era, y que será nece sario reorganizarnos de forma de seguir haciendo etapas del mismo e incluso llenar la nación de ferrocariles porque los tie mpos demandan ahora, y lo harán más en el futuro de alterna tivas más baratas y masificadas que las que tenemos hasta el dia de hoy.
Algunos han sido llevados a ver la obra del Metro, y han salido hablando y escribiendo maravillas, los que nos hemos pasado todo el tiempo defendiendo su ejecución nos acercamos poco a poco a que los atrevidos de siempre nos dén la razón.
El progreso no tiene partido, ni Presidente ni preferencias, el progreso es patria, y la patria es ara, nunca pedestal para lo grar personales apetencias, o regalar odios y envidias que en definitiva en nada benefician ni al país ni al futuro.