Los profesionales de la conducta describen algunos casos de "chóferes típicos" y señalan los rasgos de personalidad que corresponden a cada uno:
EL CONDUCTOR GENTIL: Ve conducir su automóvil como otra oportunidad para realizar nuevas obras. Es cortés y coopera con los demás conductores. Esta persona, por lo general, se comporta de idéntica manera en sus relaciones humanas: se preocupa por el bienestar de sus semejantes y sabe siempre demostrar su respeto por los demás.
EL PREVISOR: Este individuo dispondrá de 20 minutos para viajar una distancia que sólo le tomará 15, porque no ignora que puede encontrar demoras inesperadas en su camino. Contempla la vida como algo que él no puede controlar a su antojo y usualmente es una persona creativa, dada a la reflexión y a planificación.
EL CHOFER REALISTA: Este individuo sabe de sobra que los demás no son perfectos, ni como personas ni como chóferes, así que, desde que se sienta al volante, está dispuesto a cambiar de carril, tocar la bocina y usar otros recursos rudos, que él bien conoce y emplea, pero sin incomodarse. Ésta es una persona tolerante, capaz de lidiar con situaciones llenas de tensión y de manejar, sin "agitarse", todos los problemas que encuentra a su paso.
EL CHOFER "YO-YO": Es el conductor que viaja un rato a 35 millas por hora (56 Kms.) y a continuación conduce a 55 millas (86 kilómetros), es decir, acelerando y reduciendo la velocidad constantemente, alegre un momento y malhumorado después. Estos agudos cambios en su humor lo confunden a él mismo y también a quienes lo rodean. No es raro que a menudo provoque accidentes o, por lo menos, que irrite a otros automovilistas.
EL "CORTA-CAMINOS": Primero se cambia de vía constantemente, para luego atravesar un zona de estacionamiento, ganar ventaja y abreviar su tiempo en el camino. Es una persona agresiva y competitiva, deseosa de sobresalir en la vida. Siempre se inventa alguna manera de hacer cómoda y fácil su propia vida.
EL DESESPERADO: Es el primero en salir cuando ponen la luz verde y conduce como si estuviera en una carrera de autos. En la vida, es una persona impaciente y enérgica. Posee entusiasmo y hace funcionar cuanto acomete, pero frecuentemente carece de la suficiente perseverancia para concluir sus tareas.
EL CONDUCTOR DE UN SÓLO BRAZO: Conduce con una mano en el volante y la otra descansada en la ventana del automóvil. Es extravagante o excéntrico y toma la vida como le viene, sin apurarse ni angustiarse mucho.
EL RESPETUOSO: Mantiene una velocidad uniforme, permanece en su vía y nunca intenta "llevarse" la luz roja. Es responsable en todos los aspectos de su vida, se mantiene ecuánime siempre y es muy querido por sus familiares y amigo.