Quizás esa atracción por el verde se deba a que éste representa el color verde de la vida y la naturaleza. Los campos se llenan de verde en primavera y en verano y por eso se le asocia, desde tiempos inmemoriales, a las buenas cosechas y a las épocas de prosperidad.
La esperanza se representa de verde y se piensa que las libélulas de este color traen buena suerte. Las esmeralda, también verdes, constituyen unas de las más apreciadas de todas las piedras.
El efecto benéfico del verde ha sido comprobado en estudios clínicos y psicológicos realizados en todo el mundo. Hasta la época del 1960 el color que usaban los médicos y enfermeras en los salones de operaciones era blanco; sin embargo, después de llevar a cabo varias pruebas se comprobó que los pacientes se sentían más tranquilos cuando iban a ser intervenidos quirúrgicamente si veían a su alrededor el color verde y despertaban de la anestesia menos temerosos.
Se ha visto también que los centros de trabajo donde se pintan algunas paredes de color verde claro los empleados se llevan mejor entre ellos y con sus jefes y su rendimiento laboral es mayor.
Sin embargo ¿cómo es posible que el verde sea un color tan difícil de combinar en la moda? He aquí una buena pregunta para los diseñadores.