El afamado interprete mexicano, Alejandro Fernández incluyó a la República Dominicana en su tour internacional “Viento a favor”, nombre de su más reciente trabajo. Fernández, un astro de la canción hispana, regresará al país tras una prologada ausencia, para ofrecer dos conciertos, uno en la capital y otro en la ciudad de Santiago los días 15 y 16 de febrero del próximo año.
La propuesta escénica que Fernández lleva actualmente a distintos países, recoge los temas de su disco, un álbum donde de nuevo incursiona en el pop, sonidos caribeños, sin dejar de lado a la ranchera, género al que le debe la fama.
“Viento a favor” incluye dos duetos con la cantante norteamericana Beyoncé. La placa musical fue producida por el maestro Aureo Baquerio y contiene temas de Reyli Barba, Noel y Leonel del dueto Sin Bandera, Giamarco, Fonesa y Jaime Flores, entre otros.
El resultado es un disco alegre, verdadero e intenso que, ha vuelto a encumbrar a Alejandro Fernández como lo que es: un ídolo que ha respetado y transformado sus orígenes musicales hasta convertirlos en un idioma conocido en todo el planeta.
La producción discográfica cuenta con doce composiciones, entre otras se han escuchado con fuerza en la radio dominicana, “Te voy a perder”, “No se me hace fácil”.
“El Potrillo” llegará al país de la mano de la productora de espectáculos Entertainment Factory, cuyos ejecutivos aseguraron que el artista se mostró muy complacido de poder reunirse de nuevo con el público dominicano.
A lo largo de quince años de carrera, Alejandro Fernández ha conseguido transmitir, con su propio estilo, la cultura de México en el mundo entero. Con un sello decididamente charro, romántico y enamorado, Alejandro es un auténtico embajador de su patria. No podría ser de otra manera: el hombre lleva a México en la sangre.
Fue de la mano de su padre como Alejandro subió por primera vez a un escenario. Tenía apenas cinco años cuando, en un homenaje que Vicente Fernández recibió en San Antonio, Texas, su papá lo subió a cantar un dúo con él. El niño sabía su parte, pero la mirada expectante de miles de personas lo hicieron presa del pánico escénico. Cuando el pequeño rompió en llanto, el padre, siempre vigoroso, llegó al rescate del joven Alejandro, recomponiendo la estrofa y ayudándolo a continuar.
En 1992, el joven cantante debutó con un disco homónimo que reportó ventas poco comunes para el género ranchero. Alejandro sorprendió a la audiencia con una aproximación más fresca a la música tradicional mexicana, lo que le permitiría convocar al público joven en torno a un género que parecía olvidado. Alejandro vio posibilidades para desarrollarse como artista.
Su entrada definitiva al mercado mexicano sucedió con el álbum “Que seas muy feliz”, en donde se incluyó un tema que forjó nuevas audiencias entre el público joven para la música romántica mexicana: “Como quien pierde una estrella”. La canción marcó récord de ventas para el género ranchero y le abrió las puertas en los territorios del pop, al ser incluida en la programación de radiodifusoras no especializadas en lo folclórico. La consolidación la obtuvo con el siguiente álbum, “Muy dentro de mi corazón”, que consiguió demostrar que la imagen del charro cantor – en su versión actualizada, seductora y moderna – seguía siendo rentable.