Santo Domingo, 29 oct (PL) Los aguaceros bíblicos desatados sobre esta capital y otras zonas del Caribe por la tormenta tropical Noel persistirán otras 36 horas, pronosticaron expertos, mientras el país naufraga en el caos y las penumbras.
El balance de víctimas fatales fue situado en 10 por el gobernador de la provincia de San Cristóbal, Orlando Espinosa, quien dio cuenta además de dos decenas de desaparecidos.
Viviendas derrumbadas, principal causa de las muertes, cosechas perdidas, puentes y torres de comunicación colapsados y cosechas perdidas son el rastro de daños materiales dejados por el fenómeno, que se dirige hacia el norte del oriente cubano, según pronósticos.
Noel sorprendió a los dominicanos la madrugada del lunes con vientos de hasta 80 kilómetros por hora y fuertes aguaceros.
Este domingo, el día amaneció bucólico, bajo un cielo plomizo y lluvias pertinaces, nada fuera de la común y bienvenidas ante el calor reinante, de hasta 32 grados celsio.
El signo más ominoso era cierta agitación en las olas en el malecón metropolitano, pero a partir de la noche las precipitaciones adquirieron fuerza y el viento comenzó a soplar hasta que en la madrugada las rachas eran vendavales.
A partir de entonces las precipitaciones se desataron con furia y así permanecen a las 16:30 (20:30 UTC) sin indicios de amainar.
Reportes de fuentes oficiales afirman que las tres cuartas partes del país carecen de fluido eléctrico y Barahona, en el extremo suroccidental, sin servicio telefónico por el derrumbe de una torre.
En esta capital el tráfico es mínimo debido a que gran parte de las principales arterias están inundadas por mal drenaje del alcantarillado.
En el interior del país los daños humanos y materiales no han sido cuantificados en toda su magnitud, pero se sabe de cosechas de plátanos, infaltable en la dieta dominicana, tomate y cebollas perdidas.
Las autoridades ordenaron a la policía y al ejército movilizarse para acudir en auxilio de la población aislada en sus viviendas tanto en la capital, como en zonas del interior.
Un número indeterminado pero sustancial de personas, en especial las residentes en las proximidades de ríos y cañadas, han abandonado sus hogares, acorde con partes oficiales.