ANKARA, 31 oct (IPS) – Los combates entre el ejército de Turquía y guerrilleros kurdos se intensificaron desde el fin de semana en la oriental provincia de Tunceli y a lo largo de la frontera de este país con el norte de Iraq, en lo que parece la antesala de una invasión. Según la televisión turca, 20 supuestos insurgentes murieron en los combates que se iniciaron el domingo a la mañana en diversas zonas de Tunceli, en los que participaron 8.000 soldados apoyados por helicópteros artillados. La autopista entre esas áreas y el resto del territorio fue cortada.
Tunceli, bastión del separatismo kurdo, se encuentra a 650 kilómetros al noreste de Hakkari, la zona de la frontera entre Turquía e Iraq donde se produjeron los más recientes ataques del insurgente Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Fuentes cercanas al gobierno creen que la ofensiva militar se apoyó en datos de inteligencia sobre planes de ataque de los separatistas kurdos en coincidencia con la celebración del 84 aniversario de la proclamación de la república turca, el 29 de octubre.
Las fuerzas armadas de este país han realizado varias incursiones contra posiciones del PKK en el norte de Irak desde el viernes pasado, con un despliegue de entre 100.000 y 150.000 soldados, 3.000 agentes especiales de seguridad, tanques y artillería pesada a lo largo de la frontera, en preparación de una ofensiva en territorio iraquí.
Esta escalada provocó desató la airada reacción del gobierno de Iraq.
El ministro de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, declaró a la cadena británica de radio y televisión BBC que la crisis era "extremadamente seria", y acusó a Turquía de no buscar una solución pacífica.
Zebari afirmó que Ankara no había mostrado interés en las propuestas de Bagdad para distender la situación.
A fines de la semana pasada, una delegación iraquí ofreció en conversaciones con el gobierno turco una alternativa tendiente a impedir que el PKK usara sus bases en el norte de Iraq para lanzar ataques el ejército y las aldeas de Turquía.
La propuesta contemplaba una acción conjunta entre las fuerzas de defensa del Kurdistán iraquí, conocidas como Peshmerga, y unidades de Estados Unidos. Turquía rechazó la oferta y reiteró su determinación de manejar el tema a su manera.
Zebari afirmó que los representantes turcos demandaron la entrega de dirigentes del PKK ocultos en Iraq, un pedido de imposible cumplimiento, dijo.
Una incursión militar a través de la frontera tendría "consecuencias desastrosas" para las relaciones entre Iraq y Turquía "y para la región", advirtió Zebari.
"Esta es la razón por la cual el gobierno iraquí en su conjunto y la totalidad del pueblo de nuestro país está unido para que nuestra soberanía e integridad territorial no se vean afectadas por una nación vecina y amistosa", agregó.
"Ésta sería una decisión unilateral y por eso el pueblo se resiste a ella. De hecho, el PKK no está bajo nuestro control. Están en las montañas y armados", señaló Zebari.
La prensa turca informó que el ministro iraquí reveló a representantes de Ankara que el PKK había amenazado con volar oleoductos en el norte de Iraq si Bagdad toleraba una incursión militar.
El gobierno iraquí sospecha que las fuerzas armadas turcas no detendrán su ofensiva una vez que hayan expulsado a los guerrilleros del PKK de la frontera. Creen que continuarían su avance con la intención de quedarse permanentemente en la región.
En algunas oportunidades Ankara amenazó con intervenir para proteger a los pobladores de origen turco en el norte de Iraq.
Bagdad también teme que la Peshmerga –integrada mayoritariamente por milicias kurdas que se opusieron al régimen de Saddam Hussein (1979-2003)– se enfrente con el ejército turco y se generalice el conflicto por toda la región.
Massoud Barzani, gobernador de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí y comandante de la Peshmerga, declaró a la cadena de televisión panárabe Al-Jazeera que no entregaría a ningún miembro del PKK a los turcos.
También aclaró que no permitiría que el área fuera usada como base de operaciones insurgentes.
Turquía acelera los preparativos de una masiva incursión transfronteriza y las tropas se encuentran en estado de alerta máxima.
Sin embargo, el comandante en jefe de las fuerzas armadas de este país, general Yasar Buyukanit, sugirió a la prensa que no habría operaciones de envergadura antes del 5 de noviembre, para cuando está prevista una reunión en Washington entre el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
"Las fuerzas armadas cruzarán la frontera cuando reciban la orden", dijo Buyukanit según la cadena de televisión turca NTV. "La visita del primer ministro a Estados Unidos es muy importante. Esperaremos su regreso."
El gobierno de Bush aconsejó a Turquía que no combata al PKK en territorio iraquí y que busque una solución alternativa, a través de un acuerdo tripartito con Bagdad y Washington.
La semana pasada, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, dijo a legisladores de su país que "los turcos no deben cruzar la frontera".
"Les hemos advertido que actuando de esa manera afectarán la estabilidad de la región. Hemos alentado a todos a encontrar una solución a este problema de terrorismo de una forma que no altere la estabilidad en el norte de Iraq", advirtió.
Se ignora la posición final de Washington, que necesita mejorar su relación con Ankara a causa del apoyo logístico que le ofrece para sus actividades militares en territorio iraquí.
Turquía, en tanto, se está volcando hacia Irán y Siria en busca de aprobación para una incursión a través de la frontera. Teherán y Damasco verían con buenos ojos que los separatistas kurdos resultaran aplastados.
Ambos países cuentan con importantes minorías de ese origen que totalizan, en conjunto, nueve millones de personas. Se trata de la mayor comunidad étnica sin estado propio en el mundo.
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Ali Babacan, reiteró el domingo en Teherán la decisión de su país de combatir el separatismo kurdo, sea en territorio nacional o más allá de la frontera.
Babacan se reunió con su par iraní, Manouchehr Mottaki, quien argumentó que Estados Unidos e Israel brindan apoyo a algunas actividades terroristas de los kurdos. Este acercamiento de Ankara a Damasco y a Teherán puede complicar la política de Washington en la región.
Erdogan, por su parte, culpó a la Unión Europea (UE) por su tolerancia hacia el PKK.
"Ningún Estado miembro de la UE ha extraditado a ninguno de sus miembros a Turquía, aunque lo consideran una organización terrorista", dijo el primer ministro a la televisión local.
Aunque no mencionó a ninguna nación en particular, se refería a Austria, que se negó a arrestar a un líder del PKK y le permitió tomar un avión hacia Iraq.
Turquía ha intensificado en las últimas semanas sus esfuerzos para obtener el apoyo de la UE para su ofensiva militar. Pero observadores diplomáticos en Ankara dudan que la opinión pública y la prensa europeas vean con simpatía una invasión al norte iraquí.